Emprendedores Seniors 2: las motivaciones

Emprendedores Seniors
Experiencia Vs. Aprendizaje
Frecuentemente se habla de la “generación perdida” para englobar a los jóvenes nacidos entre 1978 y 1985 (más o menos). Un colectivo global de personas que en su mayoría tuvieron muchas oportunidades para formarse y se encontraron en un mundo que creaba soluciones mucho más velozmente en que aparecían los problemas, pero… hoy son los que sufren muchas dificultades para encontrar empleo y para poder definir con razonable grado de certeza cuál será su destino.

En realidad la denominación “generación perdida” tuvo origen en un grupo de destacados escritores norteamericanos residentes en Europa desde el final de la I Guerra Mundial hasta la Gran Depresión.

Ahora, también se comienza a hablar de “la generación abandonada”, comprendida por las personas mayores de 45 años de edad que pierden sus empleos o quiebran sus empresas y no cuentan con ninguna clase de apoyo público, ni privado, para evitar “caerse del mapa”.

Ante esta calamidad, creo que aunque no resulte ser un tema mediáticamente atractivo —aunque luce políticamente correcto— nos tenemos que ocupar en comprender la naturaleza del problema y cómo desarrollar las actitudes y las capacidades de los “emprendedores seniors”. En este video-post, reflexionamos acerca de cuáles son las claves de las motivaciones para emprender “de mayor”.


{ ¿dificultad para ver el video, por favor enlaza: http://youtu.be/EfAYy6Yx_cc }

En breve, completaré este informe iniciado en «Emprendedores Seniors» publicando mis recomendaciones para los veteranos que acepen el desafío de reconvertirse en vigorosos nóveles emprendedores.

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6 comentarios en «Emprendedores Seniors 2: las motivaciones»

  1. Hola soy Koldo, de entrenando emociones (entrenando-emociones.blogspot.com). He recalado en este post porque me lo han recomendado dentro de unas reflexiones que realizamos con la red de colaboradores de entrenando emociones. Como me ha llevado a escribir algunas reflexiones no me parecía justo no compartirlas contigo como motor involuntario de ellas. Gracias.
    Leer y escuchar esta aportación me ha parecido una afortunada delicia ya que jugar al mirar al sénior con la palabra emprender me parece muy interesante, coloca la perspectiva en posibilidad de movimiento, en positivo. Frente a la visión de los que son un poco más entrados en años como algo ya terminado, o cargado de experiencia, y “sabiduría”, pero estático, éste término contempla y sugiere la capacidad de ponerse en movimiento. Es algo que por supuesto puede ser así hasta el mismísimo día en que mueres, por qué cerrarse a dar un paso más de crecimiento, a descubrir, hacer, vivir cosas nuevas?
    Aunque el video del blog de Mario se centra en aspectos profesionales lo escuchaba y podía pensar en hobbies, sueños, relaciones, creatividad…
    Lo primero que comenta en cuanto a factores que atraen y factores que empujan es una visión interesante a la hora de contemplar lo que yo llamaría una relación educativa con el sénior. Entiendo educación como estimular, animar al otro a crecer. Así, cuando estamos ante el sénior lo que importa es encontrar estímulos, nuevos caminos que emprender. Esta doble visión sobre factores pienso que puede ayudar mucho a detectar los buenos motores para animar a ese ponerse en marcha. No es lo mismo lo que atrae, y tiene fuerza para atraer cuando ya has vivido bastante y tienes mucha experiencia, que lo que empuja, ya que puede ser más desequilibrador. Aquí, Mario, los analiza muy como negativo, pero no pienso que siempre es así. Sí que veo cómo cuando te empujan sin que estés en movimiento, dependiendo de la base de tus pies es más fácil que te caigas. Pero cuando estás en movimiento es difícil irse al suelo, lo más puede haber una variación en la dirección, que puede ser hasta bueno, y cuando no, siempre puede ser corregible.
    Totalmente de acuerdo con el análisis sobre lo difícil que es emprender para el sénior a nivel laboral, a las dificultades añadidas del tiempo que vivimos, pero cuando miramos a emprender fuera del campo laboral tal vez esta situación es hasta una oportunidad mayor. Hay agitación social y movimiento, problemas… todo ello crea espacios de encuentro con otras personas, y necesidad de crear respuestas y nuevas soluciones, por tanto es una oportunidad para la socialización y la activación.
    Posteriormente me detengo en el análisis sobre las actitudes personales ante los riesgos. Antes de jugar la variable edad quiero mirar solo al riesgo. Creo que la capacidad de riesgo y de emprender no tiene edad. Hay personas que son, o crecen más, en estás facultades. Aquí cabría hacer referencias a la pedagogía fronteriza y a la filosofía del límite. Hay gente a la que le es más fácil, está más cómoda, le gusta… “explorar los territorios fuera de los límites”. Y cuando esos espacios se convierten en colonizados, normalizados, suelen emprender viaje hacia un nuevo territorio. Teniendo esto en cuenta yo sí creo que el joven arriesga más, por necesidad, por inconsciencia o por falta de experiencia. Pero los hay que se mueven incómodos, en pánico y buscando desesperadamente la seguridad, los hay que toleran muy mal el fracaso en estas experiencias… Independientemente de tu capacidad para “explorar” nuevos territorios, es un gran aprendizaje de vida y profesional. Ahora bien, una persona sénior que tiene esta capacidad, que quiere aún explorar, y que tiene la experiencia de haberlo hecho muchas veces es el perfecto compañero en la aventura a nuevos territorios. Posiblemente las empresas o el mercado está desaprovechando en base a tópicos un potencial emprendedor muy estable y de gran valía, y utilizando un débil emprendedor inexperto, el joven.
    Cuando un sénior aunque no sea un “explorador” nato, tiene el arranque de emprender juega a su favor la experiencia. Pero estoy de acuerdo que la experiencia puede ser limitante. Si el proceso de la persona en cuanto a adquisición de experiencias se hace en base al ensayo y error sin traumas, se hace en base a la creatividad, a no dar por sentado cosas, a investigar… estamos creando cultura y experiencia de emprendedores. Desgraciadamente los procesos educativos, los de crecimiento personal y de profesionalización están muy basados en la repetición, en jugar a lo seguro, y en penar el error. En el mundo empresarial sí se potencia el “riesgo” y crecimiento, pero muy a menudo está basado en logros rápidos y no estables, brillantes ideas que no pensaban más allá de dos años. Véase el desplome de la banca actual, todo eso que oímos que como estalló la burbuja.
    Por tanto pienso que vivir un proceso de crecimiento como persona en cambio, probando cosas nuevas, en riesgo, creando y así, nos prepara para vivir como sénior no vegetal, aún con ilusión por la vida.

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