La clave de la didáctica del emprendimiento

el conocimiento en una caja de seguridad
La didáctica del emprendimiento no está encriptada

Las personas suelen mirar hacia abajo y a la izquierda, o evadirse mirando hacia afuera a través de la ventana más cercana cuando escuchan formación de emprendedores” o “cursos para aprender a emprender” y cien expresiones más o menos similares.

El primer problema es la infotoxicación que desde finales de la década de 1980 se propaga indiscriminadamente sobre “emprendimientos y emprendedores” refritando hasta el hartazgo una docena de teorías científicas surgidas cuando la psicología entronca con lo que ha sido considerado durante siglos un objeto de estudio excluyente de la economía.

En segundo lugar, no menos problemático, es que la sociedad contempla la ineficaz repetición de metodologías sin la pertinente adecuación al ecosistema institucional y la ecología social de cada estudiante proponiendo ejercicios de comportamiento para romper el hielo y estimular a los participantes para que ellos hagan una auto-evaluación de sus fortalezas y debilidades y, esperanzadamente, logren inspirarse con alguna «buena idea».

Los cursos “al uso” para formar emprendedores han supuesto ─vaya alguien a saber sobre qué base de conocimiento empírico─ que la introspección inducida desarrolla competencias y enriquece el espíritu emprendedor cuando los instructores y los co-participantes realizan una retroalimentación activa (feedback) de lo que cada participante expresa sobre sí mismo. Estos ejercicios de comportamiento, argumentan sus promotores, permiten desbloquear a las personas para que logren profundizar en sus propias personalidades las raíces de sus futuros logros. Me emociona… pero bla bla bla. He probado este procedimiento ─sugerido originalmente en la Metodología CEFE en los años ’90, también usados en el diseño instruccional de EMPRETEC─ como estudiante y como profesor pero no he podido constatar que ocurra tal cosa.

Lo que cuenta, es que los estudiantes sean conscientes de sus futuros roles como personas emprendedoras. La clave es que los profesores faciliten que cada persona «privada» se transforme conscientemente en una persona «pública», comprenda sus implicancias y aprenda a desempeñarse como tal.

Todos tenemos en claro que los estudiantes deben poder identificar y definir con claridad cuál es su visión de la vida que quieren vivir, comprender cuáles son sus cualidades y cuáles son sus defectos, saber con objetividad con qué recursos cuentan y qué es lo que les falta para llevar a pleno sus propias iniciativas para emprender; sobre todo: entender, desde la perspectiva general social y de un mercado en particular, qué es un “modelo de negocio” y cómo escalar el emprendimiento desde configuraciones muy simples a desarrollos más complejos; nunca al revés.

Pero el agujero negro en la “formación al uso” es el descuido para ayudar a los estudiantes a que ellos mismos elaboren su propia visión de la vida que ellos mismos desean vivir a largo plazo y que descubran lo que a ellos mismos les entusiasma emprender a corto plazo para ir avanzando hacia su propia meta específica y no “hacia cualquier lugar de cualquier manera”.

Para esto se supone que los profesores deben saber diferenciar entre “educar para emprender” y “educar para gestionar”; podemos discutir sobre esto desde varias perspectivas: los negocios, la carrera profesional, el entorno social o “simplemente” la vida personal de cada estudiante.

Muchas veces los “cursos al uso” se esfuerzan por ayudar a sus participantes a poner en claro qué quieren hacer, descuidando que la gente logre la visión de lo que no quieren ser.

Cuando gestión gana a decisión

Mientras que la orientación al desarrollo de habilidades para planificar y gestionar domine sobre el desarrollo de habilidades para pensar y capacidades para desempeñarse en la sociedad: la didáctica del emprendimiento se reduce a un conjunto de metodologías para impartir aplicaciones de las matemáticas financieras y nociones marketing más o menos elementales según el tiempo que haya para impartir “el curso” y el perfil intelectual de los estudiantes.

En los últimos 20 años el “problema de la didáctica del emprendimiento” ha llegado a la educación superior y a las políticas de estado; lejos de ser una “batalla ganada”, sigue siendo una “piedra adentro del zapato” para políticos que no entienden de qué se trata y profesores que creen que no es un tema pertinente para sus respectivas Cátedras.

En los últimos 5 años se puso “de moda” considerar al “ecosistema emprendedor” pero todavía sin la debida perspectiva de su “ecología social”; salvo la retorcida pregunta “¿podrían Steve Jobs o Bill Gates materializar sus logros si hubieran nacido en Somalia?”, no hubo mayores intentos por pensar “¿cómo hacer que en Somalia prosperen las personas con alto potencial emprendedor?”; lo que sugiere pensar que las influencias del contexto son mucho más complejas de entender para los políticos y los educadores, que para los estudiantes elaborar un plan de negocios cuando se les encarga como “tarea”.

La didáctica del emprendimiento no posee un paso secreto encriptado. Por el contrario: es puro sentido común. Yo sostengo que el mejor “formador de formadores” especialista en didáctica del emprendimiento es cada estudiante. El problema es que cada profesor se atreva a preguntar, a cada estudiante: “¿cómo te puedo ayudar a saber quién eres, qué quieres lograr hacer y qué quieres evitar ser?”

La moderna didáctica del emprendimiento, expresión para diferenciar la “didáctica del emprendimiento al uso”, tiene que facilitar al estudiante para que adapte las estrategias o, dicho de un modo más pragmático: comprenda y ejercite procesos para decidir y actuar en el contexto antes que el contexto lo someta para obedecer sus mandatos.

En resumen: la clave es facilitar el futuro deseado por los estudiantes con una capacidad presente de pensamiento razonable; quien puede establecer lo qué significa “razonable” es la realidad (ecosistemas institucionales con sus respectivas ecologías sociales) y no un simple “diseño instruccional”.

No digo que resulte simple; afirmo que es posible. Gracias por su atención y apreciados comentarios.

 

7 comentarios en «La clave de la didáctica del emprendimiento»

  1. Hola Mario!

    Me gusta el enfoque del artículo. Planteas un tema en el que vengo pensando hace tiempo.

    Yo creo que no son excluyentes (la «moderna» y la «al uso»).

    E incluso en el caso de la capacitación Empretec (nunca estuve en un taller CEFE, pero por lo que conozco son parecidos), parte del asunto es que se genera un ambiente propicio para pensar en clave de futuro, de aspiraciones vitales y cómo trabajar por ellas.

    Hace poco escribía en un artículo:

    (…) «Los emprendedores toman las riendas, se hacen cargo de su propio destino. No son víctimas de los vientos porque deciden a dónde quieren llegar y ponen en juego su persistencia, su persuasión y su creatividad para llegar allí. Son personas que no culpan al entorno de su situación… si pueden transformarla, actúan para hacerlo; si no pueden, toman en cuenta los datos de la realidad, y planifican en consecuencia, calculando los riesgos y cómo minimizar su impacto, buscando apoyos y generando alianzas con otras personas, instituciones o empresas, aplicando la creatividad para transformar problemas en oportunidades.
    Esta forma de pararse ante la vida, sintiéndose dueñas de su propio destino, capaces de incidir en la realidad para mejorarla, ubicándose en el lugar de las soluciones y no de los problemas, es propia de las personas emprendedoras, y es la actitud Empretec busca promover, ya que confía en que los resultados logrados como sociedad en gran medida se construyen con el accionar responsable de cada uno, colaborando con la felicidad general».

    En el taller Empretec se trabaja la visión a largo plazo como eje conductor para la persona. Saber quién quiero ser y qué quiero hacer de mi vida es el primer paso, no proyectar un emprendimiento a 10 años, sino pensar sobre el futuro para mí, como persona, y tomar conciencia de que es el resultado de las acciones (y omisiones) en el presente, es uno de los pilares de la capacitación Empretec (también de la prospectiva, que creo yo, está vinculada al tema que estás poniendo sobre la mesa, y que tal vez sería interesante poner en el ruedo a ver si sacamos algo de provecho).

    Gracias por el artículo

    Saludos desde Uruguay!

    1. ¡Gracias Paola por tu apreciado y muy autorizado comentario! Me honra volver a encontrarnos después de haber compartido la realización del Programa PRECITYE (2013).

      Creo que no sabes que soy «empreteco», egresado del II Curso Empretec de Argentina (Concordia, 1990) y que soy el fundador de la «Cátedra Oscar Wortman» que tuve el honor de coordinar e impartir entre los años 2000 y 2005 en la Universidad Nacional de Gral. San Martín. El nombre de esa Cátedra se eligió en tributo de quien fuera a quien yo considero uno de mis 3 pilares intelectuales y quien me acercó a la comprensión del ser emprendedor y de los emprendimientos (de base tecnológica).

      El Ing. Wortman ha sido el impulsor de EMPRETEC en Argentina (1988) y el Primer Director Ejecutivo de la Fundación Empretec Argentina desde su creación hasta 1995.

      Mi esposa es instructora certificada por Empretec; creo que es la única ciudadana española que tiene ese Honor (con mayúsculas).

      Soy un producto emocional de EMPRETEC. Soy, como todos l+s compañer+s que conozco que han pasado por esa experiencia (sigo teniendo trato frecuente con 16 de ellos repartidos hoy por todo el mundo): un fervoroso admirador de su espíritu. Además de gran amigo, solemos realizar cada tanto «buenos negocios» en el sector de la formación de emprendedores con el instructor de Argentina Máximo Giordano.

      Resumiendo: no puedo asumir que conozco Empretec como lo puedes conocer tú siendo en tu caso, Paola, uno de sus pilares operativos en Uruguay, pero créeme que he recorrido un profundo camino revisando los aspectos medulares de su metodología y contenidos, incluyendo, enriquecedoras y prolongadas conversaciones con la propia Marina Fanning (sobre todo procurando «validar» el test de las CCFs para usarlo en la Universidad de Sevilla, cosa que el «riguroso ¿? enfoque académico andaluz» (no discuto eso… solo lo padezco…) no lo hizo posible.

      En base a mi propia experiencia vivencial como participante, estudio analítico y siendo «instructor-consorte» 🙂 de Empretec concluyo que, aunque muy por sobre el nivel del «economicista» enfoque de la Metodología CEFE (varios años posterior al desarrollo de Marina Fanning, a su vez ─el diseño instruccional de Empretec─ inspirado en un diseño de formación para emprendedores creadores de empresa de la Universidad de Honolulu de finales de 1970) concluyo que EMPRETEC funciona en la mayoría de los casos como un potente estimulante que dispara «emociones fulgurantes» que no pueden ser sostenidas por la mayoría de sus participantes en el tiempo porque a EMPRETEC, como metodología, le falta un soporte a largo plazo de los «empretecos» que debería ser necesario entroncar con programas universitarios (en especial, con aquellas universidades con planes de incubación y aceleradoras para el caso de los creadores de empresas y ONGs para el caso de los emprendedores/innovadores sociales).

      Tal como tú lo señalas EMPRETEC, en especial debido al talento y talante de sus instructor+s, logra crear las bases para responder esas preguntas que planteo en mi reflexión «¿quién soy, qué quiero hacer y cómo no quiero vivir?» pero, a 5 o 6 años eso sólo le sigue siendo operacional a una ínfima parte de los «empretecos». ¿Es una crítica? No; es un dato.

      Lamentablemente hasta donde yo tengo entendido nunca se ha realizado un relevamiento sistémico de lo que ha ocurrido a largo plazo con los participantes; aún quienes, como en mi caso, tenemos el manual del participante muy a mano en nuestra biblioteca y/o lugar de trabajo.

      Además, Paula, al menos en Argentina si bien se han intentado actualizaciones más o menos periódicas tratando de adaptar el diseño original a la crítica realidad de la economía argentina desde 2000 a la actualidad (reducción de horas, relocalización de los cursos, apertura a nuevos socios institucionales, etc) sigue manteniendo la raíz del modelo conceptual de la Teoría (conductista) de la Necesidad de Logro de McClelland (1960)… ha pasado mucha agua bajo estos puentes y seguimos en Latinoamérica y no en la Universidad de Harvard.

      Termino. Nosotros, diseñadores instruccionales para facilitar el aprendizaje emprendedor, tenemos que hacer una revisión crítica si el enfoque de las CCFs sigue siendo pertinente para facilitar el entrenamiento 56 años después de que fueron elaboradas sobre la base estadística de un mundo que poco tiene que ver con el actual, sobre todo por el esquema «institucionalizado» de EMPRETEC (las instituciones y los funcionarios del Programa) que es un «coto reservado» bastante contradictorio con lo que propone para la sociedad flexible y rescilente que promulga crear.

      Gracias por tu atención.

      Mario

      1. Hola Mario!

        Estoy muy de acuerdo con tu planteo. Por eso, acá en Uruguay, buscamos siempre nuevas fuentes para enriquecer la propuesta. Yo soy crítica también respecto a la aplicación sin más de la metodología Empretec. Llevo 20 años en el programa y sería ciega si no me diera cuenta de que no es suficiente, y muchas veces ni siquiera produce efecto alguno.

        A mí personalmente no me parece especialmente importante que todas las personas creen sus propias empresas. Lo que sí me parece importante es que la gente tome las riendas de su vida. Que no sean víctimas de las circunstancias. Que hagan las cosas que las hacen más felices, lo que hacen mejor. Porque creo que la gente así es más feliz, aporta más a los demás, contribuye a la felicidad colectiva. Que es lo que a mí me interesa.

        Es un tema complejo: nada menos que el misterio de las personas y por qué hacen lo que hacen.

        Yo creo que si vamos a la raíz del asunto, deberíamos comenzar mucho antes para que en la sociedad hubiera más personas «pensantes y actuantes» (emprendedoras por decir de alguna manera… aquello de visión y acción de Pinchot). Nuestros padres y la escuela primaria no nos enseñan a pensar y actuar, sino a obedecer, repetir y aceptar el statu quo.

        Y creo que eso no se resuelve poniendo clases de emprendedorismo en las escuelas (aunque sería interesante hacerlo), porque tiene que ver con los paradigmas dominantes. El cambio debería ser transversal. Un cambio de enfoque. Un poner a los alumnos en un verdadero papel protagónico, construir el conocimiento con ellos de manera honesta (no haciendo de cuenta que). No nos educan haciéndonos sentir que podemos incidir en la realidad, no nos educan para participar y aportar… No nos educan para hacernos cargo.

        Para ejemplo: en la escuela de mi hija menor hay 300 niños (eso son como mínimo 200 familias vinculadas a la escuela). En la comisión de padres ─que es abierta, es como una asamblea de participación libre─ somos tres.

        Cómo se cambia eso? No lo sé. Por ahora lo único que se me ha ocurrido hacer es empezar por casa.

        Si venís a Montevideo en algún momento y tenés ganas, conversamos de estas cosas.

        Hace años (1998-2002) dictamos acá decenas de talleres de «Desarrollo de Intrapreneur» y creo que fue por esa época que leí algún artículo tuyo sobre el tema y me pareció muy bueno… sería un honor invitarte con un café.

        Saludos.

        Paola

  2. Gracias por tus reflexiones Mario. Coincido en mucho. Personalmente sufro de hartazgo teórico o retórico. Creo que soy yo que me cuesta aprender porque leo y no me intereso. Sinceramente emprender y desarrollar emprendedores y emprendedoras es seguir a quien quiera serlo a lo largo de mucha agua que corre bajo el puente de cada uno/a. Me he llevado sorpresas grandes, y lo que sé es que nada está dicho y terminado. Las variables no son solo personales sino que son un sinnúmero de circunstancias de entornos sociales, económicos, políticas públicas y del propio sujeto. La práctica me dice que no desestime los procesos ni me desespere. Y entonces aprendo. Un cordial saludo

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