El tiempo gana a la memoria y la distancia le gana a la frecuencia. Pero en ningún caso ni el tiempo, ni la distancia, le ganan al afecto; más bien, en mi caso, desde hace 9 años que al residir a más de 11.000 km de distancia de mis buenos y queridos amigos ha potenciado mi afecto por ell+s y me ha ayudado a valorar mejor su dimensión.
“¿Qué harías si te cantara desafinado? ¿Te levantarías y me dejarías solo? Préstame atención y cantaré para ti, e intentaré no desafinar. Oh, me las arreglo con un poco de ayuda de mis amigos. Mmm, lo lograré con una pequeña ayuda de mis amigos. Voy a intentarlo con un poco de ayuda de mis amigos…” (versión de Joe Cocker con Queen durante el recital «Golden Jubilee Weekend», junio de 2002. Música y letra de John Lennon y Paul McCartney para el álbum Sgt. Leonely Hearts Club Band Pepper´s, 1967).
“… Con un amigo y un palo, o tres o cuatro, se construye una casa donde no estaba antes…” (“With a Few Good Friends” de Carly Simon, para el film “Piglet’s Big Movie”, 2003).
Hoy, viernes 15 de mayo de 2015 viene a compartir 36 horas de nuestras vidas mi amigo Pablo, de Luján (Argentina). Bienvenido a casa, querido amigo Pablo Sela.
Es más fácil ser amigo de alguien cuando se vive relativamente cerca; aunque si se debe cruzar el Océano Atlántico y algo más para verse un rato las cosas dejan de ser «simples».
Dejan de haber “frecuentes” oportunidades para cosas como “vente a casa a charlar un rato” y se comienza a “gestionar la relación” por medio de Skype, o el Muro de Facebook, o cosas así…
A más de 11.000 km de distancia, desde hace 9 años, poder abrazar a mis buenos y queridos amigos, besarlos, mirar y penetrar por sus ojos y que ellos me invadan por los míos ya depende de esporádicos viajes por motivos profesionales. He perdido la frecuencia, incluso la “cantidad” de «buenos y queridos amigos»… natural. Pero con algunos de ellos he ganado mucha intensidad. Mucha in-ten-si-dad.
Incluso, con algunos de ellos ahora establecimos una manera de relación mucho más “próxima” y mantenemos contactos interpersonales más frecuentes que cuando vivíamos a menos de 80 km uno de otro. Si… bienvenido Pablo Sela, vente esta noche a cenar a casa…
El tiempo gana a la memoria, la distancia le gana a la frecuencia. Pero en ninguno caso ni el tiempo, ni la distancia, le ganan al afecto; más bien, en mi caso, ha potenciado mi afecto por algunos de mis buenos y queridos amigos y me ha ayudado a valorar mejor su dimensión.
T extraño mucho querido amigo
http://youtu.be/ZUMSoNdPxgA
Que hermoso sentimiento …!!! un abrazo Pampeano