Algunos comienzan a percibir que la educación «tradicional» tiene problemas. Ya hace varias décadas que se encuentra en «muy graves problemas».
De hecho, actualmente representa apenas el 20% de la fuente de aprendizaje de las personas y están surgiendo nuevas fuentes «formativas» que también ya superan a la «educación en línea» «al uso».
En Formarse o Estrellarse Contra los Errores Estrella he reflexionado sobre el hecho que cada vez es más frecuente ver que las personas (empresas y estudiantes) desvían la mirada hacia la ventana más cercana, levantan sus cejas y miran hacia afuera cuando escuchan la palabra «eLearning» o se les propone un curso “online”…
Soy optimista. Estamos «aprendiendo» (todos, educandos y educadores, instituciones públicas y organizaciones privadas) que está cambiando el flujo del aprendizaje.
Mientras que la educación «tradicional» se ha basado en procesos «lineales» (input -> output) de enseñanza-práctica-aprendizaje-transferencia, generalmente inducidos desde afuera de las organizaciones; ahora estamos virando hacia modelos que tienen muchas vías de circulación entrecruzadas.
Parece caótico. Sí: Lo es… pero estamos aprendiendo cómo gestionar ese caos.
El cambio de sentido consiste en que las personas y nuestras organizaciones aprendíamos desde afuera, mientras que ahora aprendemos «enseñando» desde adentro.
Por ejemplo: creando contenidos que publicamos en un blog, o en nuestro muro en Facebook, o en nuestros grupos en LinkedIN. Este post es un ejemplo. Nosotros dos, tú y yo, estamos aprendiendo uno del otro, a la vez que otros nos están siguiendo y creando sus propios símbolos que les ayudan a mejorar sus competencias y que seguramente nos ayudarán a nosotros a mejorar.
Esto merece una reflexión destacada. No hablo de “datos”, ni de “conocimiento”, sino de “símbolos”. Un aspecto radical del cambio de sentido en la educación “tradicional” —y también en la “online al uso”— es que las personas (educandos y educadores) estamos siendo más conscientes que, los “datos” que intercambiamos están impregnados por nuestras respectivas cargas subjetivas con las que representamos a la realidad; y que esta subjetivación de los contenidos del aprendizaje es más poderosa que la propia realidad.
Yo creo que en el futuro inmediato, en este caos, se consolidará (al menos durante un tiempo de transición hasta otra manera hoy desconocida) una forma de aprendizaje basada en Comunidades de Práctica (CoP) que, paradójicamente, no son nuevas formas disruptivas que sobrevendrán sobre la «educación tradicional» o la «educación en línea, al uso». Las CoP, tienen su origen en las Corporaciones de la Antigua Grecia y los Sindicatos medioevales.