Elevarse para ver más allá del horizonte

Hablemos de “juguetes”, “avioncitos”, aprender e innovar. La gamificación consiste en utilizar dinámicas de juego para potenciar la motivación, la concentración y el esfuerzo en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es una estrategia efectiva en la educación para emprender e innovar. Algunas de las formas en que la gamificación está apoyando la educación emprendedora incluye:

• El uso de plataformas en línea y simuladores.
• El fomento de la creatividad y la iniciativa profesional.

La gamificación se está utilizando con éxito en la enseñanza media, superior y posgrado en todos los marcos de la formación profesional y también para el aprendizaje y la práctica de comportamientos emprendedores y habilidades para la innovación.
 
Un estudio cualitativo realizado en el contexto de la enseñanza media y superior, demostró que la gamificación, basada en simulaciones digitales y las aplicaciones móviles, son propuestas educativas efectivas para fomentar la actitud emprendedora, desarrollar la creatividad y estimular la iniciativa profesional.
 
Su aplicación facilita la construcción de conceptos teóricos, innovar en las metodologías clásicas de enseñanza especialmente para aprender a tomar decisiones, comprender y practicar cómo desempeñarse en escenarios complejos y para estimular la innovación.

En resumen: buenos recursos de gamificación son útiles para inducir a los estudiantes en la gestión del conocimiento aplicado a la vida real.

En general, las metodologías que se utilizan en la didáctica del emprendimiento y la innovación ─en clases virtuales o presenciales─ son herramientas como el Modelo CANVAS para el diseño de modelos de negocios con razonables expectativas de éxito , o utilizar el enfoque Design Thinking para estimular la creatividad con el propósito de resolver problemas.

También utilizamos estudios de casos ─mejor si son elaborados por los mismos estudiantes, más que relatarles historias de éxito o “de las otras”─, invitamos a empresarios para entrevistarlos, juegos de simulación de negocios para ver cómo funciona la gestión financiera, o la organización de la producción o el diseño de eficaces procedimientos comerciales, usamos videos o películas, y recomendamos literatura variopinta… Algunas veces, los estudiantes aprenden. Aunque yo confieso, con 40 años de oficio en la didáctica del emprendimiento y la innovación, que muy rara vez se logra llevar a un estudiante desde el aula a la creación de una empresa por cuenta propia.
 
Los estudiantes, desde hace varios años, suelen ir muy por delante (más arriba y más rápido) de sus profesores. Se ha producido un cambio radical en las expectativas intelectuales, los estilos de aprendizaje y las preferencias de estudio para vincular inmediatamente el contenido teórico con la práctica profesional que se traduzca, además, en mejores oportunidades de desarrollo personal y profesional.
 
Cuando se logra entusiasmar al estudiante demostrando que el conocimiento se puede transferir rápido y fácil a la práctica, se produce “un acto mágico”: los estudiantes comienzan por sí mismos a vincular sus vocaciones y talento con las oportunidades del mercado.
 
Como todo en la vida, esta transformación de “limones en limonada” necesita un proceso de preparación y estimulación. No es una cuestión lineal de exponer o mostrar algo a los estudiantes, para que la lección traspase sus cortezas cerebrales y “algo” transforma un contenido didáctico en una habilidad o competencia.

¿Entonces? Elevarse para ver más allá del horizonte

 
Desde hace algunos años utilizo el simulador de vuelo Flight Simulator™; con diferentes versiones tecnológicas fantásticas que permiten recrear, en ordenadores personales, programar vuelos, tripular aviones con comportamientos mecánicos y aerodinámicos cada vez más similares con los aviones en el mundo real y disfrutar, jugando, de una inmersión tecnológica disruptiva, atractiva, divertida y útil para comprender, aprender y practicar: procesos de ideación de negocios e innovaciones, planificación estratégica, tomar decisiones, usar sistemas y gestionar organizaciones y aparatos complejos en escenarios inestables y/o con escasos recursos.
 
Con un presupuesto económico reducido, es posible que en las aulas y en la casa de los propios estudiantes se pueda disponer de ordenadores de escritorio y portátiles equipados con simuladores de vuelo accesibles en el mercado.
 
Las diferentes versiones de Flight Simulator™ incluyen aeropuertos, escenarios y aviones, aunque hay, en particular, un “pájaro” que recomiendo explícitamente por la calidad tecnológica y estética con la que está desarrollado: el Boing 787™ Collections producido por QualityWings Simulations con versiones que se compran en Flight1.

Además, la propia Plataforma Flight1 ofrece una amplia variedad de aviones y complementos para simulación de vuelo con alta performance.
 
Esta no es una iniciativa para “aprender a volar” como actividad muy divertida con la perspectiva del ocio, y muy lucrativa como actividad profesional. Estoy proponiendo un abordaje disruptivo, innovador y atractivo para llevar a los estudiantes de emprendimiento e innovación al descubrimiento y desarrollo de sus propias habilidades para aprender a planificar y gestionar procesos (aparentemente) complejos como crear, gestionar y desarrollar nuevas empresas y/o generar innovaciones en negocios y procesos de producción.
 
Con las actuales campañas publicitarias en los medios, de compañías aéreas como Latam™ o AirEuropa™, aunque usted no esté familiarizado con las técnicas de la aviación, ya ha escuchado que el “Dreamliner” ─el modelo más innovador producido por Boing™─ que es el avión que en la actualidad ofrece: mayor confort para los pasajeros, mayor economía de consumo, menor nivel de contaminación sonora, mayor performance tecnológica, protección y sostenibilidad medioambiental y maravillosos sistemas de programación y conducción (gestión) simples de operar para largos trayectos intercontinentales y transoceánicos.
 
Pilotar un B787, fielmente recreado por QualityWings™ Simulations y comercializado por Flight1 para simulación en ordenadores personales, requiere habilidades similares con la creación, gestión y desarrollo de empresas y procesos de innovación.
 
¿Comienza a darse cuenta de las analogías entre los “avioncitos de juguete” y aprender a emprender e innovar? Formular objetivos, planificar estrategias, usar sistemas que facilitan lograr resultados y establecer procedimientos controlando los riesgos, aprender a optimizar los recursos, comprender y asegurar la sostenibilidad medioambiental, ofrecer gran confort a los clientes y a los trabajadores, acostumbrarse al diseño exquisito, practicar con usabilidad amigable, ofrecer satisfacción de clientes y seguridad para los trabajadores y managers… ¿qué quiere usted ayudar a aprender a sus estudiantes para que ellos emprendan e innoven?
 
Cuando el estudiante comienza el proceso de aprender a emprender e innovar, mediante la inmersión con un simulador de vuelo, crea actitudes apropiadas para desarrollar su curiosidad y sus habilidades para solucionar problemas de la vida real a través de un “juego” innovador y que él no imagina pueda ser materia de estudio de las escuelas de negocios y universidades que necesitan “levantar vuelo” de manera imaginativa, generando entusiasmo y llevando a sus estudiantes al próximo nivel.
 
En una próxima nota, compartiré con la comunidad educativa y consultores, una guía didáctica para utilizar QW787 en las clases de emprendimiento e innovación, también pertinente para el aprendizaje de otras habilidades de planificación, gestión y desarrollo tecnológico, económico o político.
 
Ahora: ¡disfrute!.