Nadie puede dar lo que no tiene. Para dar conocimiento hay que saber, para dar dinero hay que tenerlo y para entregar felicidad hay que ser feliz. En este sentido, no hay excusas frente a la felicidad y nadie en condiciones normales tiene derecho a amargar su propia vida, y la de quienes le rodean, desinteresándose del humor que crea felicidad.
Aparentemente, todas estas ideas no se relacionan con la eficiencia, aunque se ha observado que en las empresas de excelencia los incrementos de la productividad están asociados a un buen clima laboral.
La felicidad es un factor vital para aumentar la productividad
La felicidad es un factor vital para aumentar la productividad
Un padre o un profesor frustrado, resentido, pesimista y no identificado con su trabajo, enseña inconscientemente a sus hij@s esos comportamientos como un modelo de vida.
Est@s niñ@s aprenden a ser mediocres, tienen baja autoestima, son inseguros, sienten el trabajo como una carga. En definitiva, se les enseña a no confiar en sí mismos y a que no es necesario superarse.
Es muy útil saber que parte del problema de tener poca o ninguna iniciativa para emprender y la falta de curiosidad por aprender, tiene origen en profesores y padres con el mismo espíritu.