He buscado en Google “tendencias eLearning 2020” y lo que he encontrado son refritos, con nuevos vocablos o jerga friki, de lo que ya he visto en los últimos 20 años.
¿Se está perdiendo la habilidad para predecir lo qué va a ocurrir o la obviedad mata a la imaginación?
Sí, estamos de acuerdo: cada vez más la educación a distancia irá modificando las metodologías para desarrollar y acreditar competencias profesionales, y también serán cada vez más difusas las diferencias entre el rol de educador “al uso” que provee información, con ser el líder de comunidades de práctica.
Todo el reiterado relato sobre la tecnología audiovisual interactiva e inmersiva comienza a demostrar que los estudiantes (demandantes de elearning) están varios pasos adelante de la “opinión experta” que intenta explicar qué es lo que ha estado pasando ayer tratando de dibujar una visión incierta de un futuro colmado de obviedades.
Tenemos tres problemas que todavía no se sabe cómo se pueden solucionar con la celeridad que madura la necesidad de educación a distancia sustanciosa, práctica, barata y efectiva:
- El elearning es una piedra adentro del zapato de la abrumadora mayoría de educadores que no han desarrollado sus competencias didácticas para su eficiente desempeño en las aulas virtuales.
- Los diseños instruccionales siguen tratando de reproducir en las aulas virtuales la misma metodología didáctica de las aulas presenciales con algunas pocas adecuaciones que intentan suplantar la exposición oral del profesor en el frente del aula con el video que muestra hablando al profesor en la pantalla del monitor de los estudiantes.
- La tediosa PeDeFisicación de los contenidos o dicho de otra manera: todo el curso es una serie lineal de documentos en formato PDF alternados con cuestionarios “click & sleep” (─»selecciona una respuesta y duérmete«).
Estos tres factores, sumados a otras cuestiones institucionales, presupuestarias, culturales, tecnológicas y políticas, inciden en la desmotivación de los estudiantes para aprender más y mejor.
Todavía existe una significativa diferencia entre lo que deseamos que sea y lo que es el ecosistema tecnológico y la ecología social del eLearning. Tengamos esperanza.