Hace 6 meses en este mismo lugar (el salón de la casa de mi hija Valeria, en Buenos Aires) he publicado «Regresando hacia Adelante«. Ahora toca la segunda parte de la «serie 2010». Vuelvo a «regresar» a mi casa en San José de la Rinconada (preciosa localidad andaluza lindera a Sevilla) pero no tengo en claro si estoy «regresando a» o si estoy «yendo hacia». No es un juego de palabras.
La situación de emigrante-inmigrante no la termino de asumir. Supongo que ya me he convertido en esa especie de nuevo ser al que llaman «globalpolitans» (término acuñado por Luis Sanz): mitad personas, mitad bytes, que residimos en la web y nos transportamos como entidades binarias dentro de las redes.
Colmado de sensaciones contrariadas (algunas muy favorables, otras aterrorizantes) dentro de 36 horas ya estaré “retomando” mi geolocalización en España.
He venido con muchas ilusiones de reconstruir, en Argentina, un escenario profesional más confortable desde el punto de vista personal. Algunas situaciones resultan ser muy alentadoras: futuras intervenciones con el PRECITYE, colaboraciones con excelentes funcionarios técnicos y políticos en la Provincia de La Pampa e incluso la perspectiva —todavía potencial—de poder traer a Argentina al talentoso Fernando Tellado de Ayuda WordPress para trabajar juntos en unos talleres con novedosos formatos sobre cómo construir y gestionar la identidad digital a través de los blogs.
Pero también me llevo impregnados varias experiencias que muestran el lado oscuro de una sociedad que no acepta, todavía, el desafío de asumir su madurez.
No estaba preparado para seguir viendo el dantesco espectáculo de centenares de personas entrelazadas a pedradas, palazos y tiros simulando que disputan unos la usurpación de un espacio público en busca de un espacio digno para vivir y otros defendiendo que no se asentaran allí. La policía en retirada, acosada por los mismos «barra bravas» que a punta de pistola también impidieron la intervención asistencial de ambulancias y médicos para socorrer a los heridos de bala y cascotes de diverso calibre. 3 muertos. ¿Los políticos? Confortablemente instalados en poltronas en sus salas de reuniones analizando de quién es la culpa… sin poder crear una solución a largo plazo.
Otra experiencia amarga resultaron dos notas de prensa muy desafortunadas que me han realizado en Olavarría donde la letra pura y dura descuidada y parcialmente transcripta de algunos conceptos descontextualizados me hacen perecer el primer enemigo de la Universidad Pública en la Argentina… Debo pedir disculpas a la comunidad académica y amigos olivarrenses. Con más tiempo, ya reintegrado en mi espacio de trabajo voy a explicar lo sucedido.
Pero ahora es importante y urgente aclarar que:
- Me hicieron algunas preguntas, hice algunas reflexiones sin pretender dar respuestas : solo expresé mis opiniones, que son muy bien conocidas por todas las personas que siguen mi trayectoria;
- No dije que la Universidad Pública tiene que ser arancelada, creo que no tiene que ser gratuita y eso no implica que son los alumnos o sus padres quienes deben cargar con su financiamiento: el tema es más complejo e involucra al conjunto de la sociedad en especial al sector productivo que se nutre del conocimiento que crea la Universidad;
- Las Universidades tienen mucho por hacer en materia de formación del espíritu y el talente emprendedor, además de seguir formado competencias empresariales (talante y habilidades para gestionar empresas), pero debe actualizar los contenidos y sus metodologías de enseñanza de toda su currícula para la formación profesional de sus estudiantes y el perfeccionamiento de sus profesores e investigadores.
Tengo que agradecer a mucha gente. Familia, amigos, colegas… mi gente. Resumiendo la 2da. Serie 2010 de mis “viajes” a Argentina cada vez me inspiran más a «retornar» a mi país.
El juego ha comenzado. Continuará.
Hola Mario
Cómo estás
En un homenaje póstumo a Victoria Ocampo, Borges fue muy explícito en su vocación de ciudadano del mundo: “Ser cosmopolita no significa ser indiferente a un país, y ser sensible a otros, no. Significa la generosa ambición de querer ser sensible a todos los países y a todas las épocas, el deseo de eternidad…”
Y con respecto a hacer interpretación libre de manifestaciones públicas de terceros, te diré que nunca se borrará de mi memoria cuando sorprendieron al ilustre René Favalora, sumando maliciosamente a la entrevista que sostenia con un «comunicador de mala leche», a un «despreciable joven» que decía representar a estudiantes de medicina. Todo porque Favaloro, que dedicó su vida a salvar vidas tanto de ricos como de indigentes (y sin privilegios para turnar los accesos al quirofano) tuvo la «osadia» de opinar de que había suficientes medicos y que aconsejaba estudiar otras carreras de grado e incluso tomar un examen de ingreso para que accedan los más calificados.
Te dejo un abrazo.
Daniel
PD. acabo de llegar de Buenos Aires a Rosario y me estoy llendo a dormir. A proposito, tal hoy ha sido el dia que más cerca hemos estado, al menos desde un punto de vista fisico. Claro está que en en la red ya hace un tiempo que lo estamos.