Dime, ¿cómo lo haces, nena?

La humanidad nunca dejará de sorprenderse.

Cuando creíamos que la posesión de territorios y la acumulación de riqueza era la forma de «progresar»; nos demostraron que mejor lo hacían quienes poseían la tecnología.

Pero no fue todo. El «conocimiento» para innovar comenzó a marcar la diferencia. Y tampoco fue suficiente. Nos dimos cuenta que lo más importante era vincular los conocimientos más que acumularlos.

Aún así: no resultaba… Todavía convivimos con mucha incertidumbre.

Comprendimos que «lo único constante es el cambio» y lo único que tenemos para contrarrestar a la incertidumbre es nuestra «limitada certidumbre». Necesitamos un nuevo estilo para tomar decisiones: intuir.

Algo que las mujeres ejercen en forma innata. Dime nena, ¿cómo lo haces?

Sí, chicos: la inclusión de las chicas en el mundo del trabajo, la dirección de las empresas y la gestión política de las Naciones ha implicado cambios en los roles y los valores del género y, en especial ha provocado un cambio ideológico fundamental.

En el año 2000, para el sitio «decano» dedicado a la comunidad emprendedora iberoamericana http://www.emprendedoras.com, creado por Mercè Castells, desarrollé un eBook sobre el incremento cuantitativo y cualitativo de la participación de la mujer en el ambiente laboral y cómo, ese cambio de protagonismo, modifica el estilo de liderazgo tanto dentro de las organizaciones como, en general, en la toda la estructura social.

Me gustaría mucho reelaborar ese contenido (vendría muy bien  vuestros comentarios, sugerencias e ideas)… han pasado muchas cosas en estos años, con las mujeres en el trabajo, en el trabajo y en mi mismo… digo: mi perspectiva no es la misma de hace 8 años atrás ni en este ni en otros temas… Sí: lo voy a reescribir y le voy a proponer a mi querida Amiga Mercè Castells si me vuelve a acompañar para distribuirlo.

(¡Oye e-Nana, que es un pedido público 🙄 … no puedes negarte).

En las economías de «libre mercado» (una manera de decir, claro…) los problemas económicos han impulsado la búsqueda de nuevas estructuras del trabajo a través de modos mas «laterales» o, dicho de otra forma, con menor predominancia de las relaciones jerárquicas y más importancia del trabajo en equipo.

El liderazgo se ha vuelto más permisivo con la creatividad y mucho más tolerante con el fracaso. Aún cuando los dirigentes empresarios siguen obsesionados por la «productividad», comienzan a precibir las ventajas competitivas y los beneficios económicos derivados de la calidad de vida de los trabajadores. Es decir, el cambio se manifiesta no sólo por la preocupación de lo que el trabajador hace en su puesto sino, también, en cómo vive fuera de él.

Coincidiendo con este «cambio de estilo» en el liderazgo de las organizaciones y en la gestión de las políticas públicas, las mujeres han ingresado a la fuerza de trabajo en una cantidad sin precedentes en la historia económica.

Los cambios en los estilos de liderazgo y las relaciones en el mundo del trabajo reflejan algo más fundamental, pero todavía en gran parte inexplorado.

¿Es una coincidencia la simultaneidad de estos cambios producidos en el estilo de la conducción institucional y la inclusión de la mujer en el ámbito laboral? ¿O hay una relación entre ellos?

Actualización 23/01/2009: Las mujeres y la gestión de la «Generación Y»

8 comentarios en «Dime, ¿cómo lo haces, nena?»

  1. Estimado Mario
    Acabo de confirmar el correo para cerrar la suscripciòn, y me darà mucho gusto integrar este espacio a nuestros «Cafe Debate» (que en realidad son yerbamate debate.
    Un gusto y sospecho (para no intuir) que estableceremos provechosos vinculos entre parte ya que el 2009 pinta muy bien con convenios y acuerdos con distintas organizaciones españolas y latinoamericanas para bajar de lo virtual a lo territorial este «pensamiento en acciòn».
    Un abrazo cordial y estamos en contacto.
    Raul
    P/D con respecto al «miedo al fracaso» hay unos «slides» en las carpetas que utiizamos como soporte para la discusiòn temàtica, precisamente, mañana a la mañana estoy invitado a evaluar emprendimientos en un Colegio Secundario como todos los años, y la idea es ir sembrando en el nivel medio estos interrogantes, muchas veces verdaderos inhibidores de ideas con mucho potencial.

  2. @ Raúl. Gracias por tu apreciada participación. Me honraría si te subscribes para recibir semanalmente las novedades.

    Estimo que a fines del próximo mes de diciembre tendremos lista la re-edición del eBook “Dime, ¿cómo lo haces, nena? abordando las implicancias de la “irrupción” de la mujer en el mundo del trabajo. Te mantendré al tanto para que pueda ser difundido libremente a través de la Red RADAR.

    Estimo que tu enfoque acerca del «distress» como factor precipitante de los fracasos emprendedores por sobre cualquier otra cuestión —de carácter comercial, tecnológico o financiero— es certero y la mayor parte de los casos de iniciativas fallidas o que, simplemente, no son puestas en marcha por temor al fracaso apoyan tu idea.

    Si escribes algo algo al respecto por favor avísame porque me interesa mucho el tema.

    Un cordial saludo,

  3. Me encanto el Blog.
    Lo encontre siguiendo un comentario en un grupo de XING de Mario.
    Me gustan los temas, el estilo y el humor con que se dicen las cosas, me «empache» hoy un poco leyendo tanto… de glotòn.
    80% de la red de emprendedores que coordino son.. Mujeres.
    Terribles.
    Y ademas, intuitivas. Este es uno de los secretos para atravesar el famoso valle de la muerte de los microemprendimientos en los tres primeros años…
    Muchos de nosotros tratamos de razonar un emprendimiento y encontrarle la necesidad a la cuestiòn.
    La mayoria fracasamos porque priorizamos la necesidad de emprender. En tanto, mas pensamos menos vemos…
    Ver?
    Las mujeres, intuyen una oportunidad y se lanzan, la alcanzan y la ven. Tal como la visionaron o con retoques, pero, sus acometidas son intuitivas y con una sobrecarga emocional envidiable.
    Claro, en promedio. Nunca deberemos generalizar ni formular reglas en este tema. Pero es cierto que estan mas dispuestas a «enredarse» en vinculos proactivos ( y a matarse ) si hace falta en la campaña.
    Como mi especialidad es hacer tutorìas en emprendimientos, las puedo observar de cerca.. las veo actuar, las comprendo, pero no las puedo imitar…
    Nosotros, (los varones) arrastramos ese algo de verticalidad, mando y jerarquia que todavia nos susurra tomar posesiòn. En cuanto Ellas, como los sabios nativos Tehuelches de Patagonia, sostienen el modelo de uso por sobre el de posesiòn de las cosas.. esa pequeña diferencia nos hace conservadores y perdedores en las negociaciones. La perspectiva del riesgo cambia. Terminamos siendo tibios. Y si un emprendedor no acepta vivir con riesgo, lo mejor es que se ocupe en otra cosa.
    Concluyo contandoles que en mi experiencia, pienso que la mayor causa de fracasos no se debe a la falta de una cadena financiera para el pequeño emprendimiento (Toria de los Org. Multinacionales)yo creo que el distress mata los emprendedores antes que las finanzas a su emprendimiento.. Y en estas dos variables. Tambien salen airosas «Nuestras Emprendedoras» en la comparaciòn.
    Un saludo amigos, y perdonen lo extenso del comentario, es que me enchufe bien con tantas lindas cosas que lei por aquì.
    Raul
    Red RADAR en Patagonia

  4. De hecho, José, de todas las inteligencias, seguro que la emocional está muy distante de las otras. Eso sí…que poco uso le hemos dado estos últimos años…

    Saludos.

  5. @José,

    Me alegra tu visita!

    También me alegra que las mujeres ganaron su espacio. Era natural. La antropología explica que mientras los «machos» salíamos de las cavernas a cazar y veíamos las cosas como eran, ellas se quedaban en el fondo de las cuevas cuidando a las «crías» y al fuego. Esto ha potenciado su imaginación acerca de como funcionaban las cosas «afuera de la cueva», lo que les ha facilitado el desarrollo de una formidable capacidad intuitiva.

    Por otro lado, las mujeres parecen ser más «neuronales» (redes) que «jerárquicas» (pirámides), y esa podría ser una de las razones más elementales de su éxito en la gestión cuando tienen responsabilidades directivas («persuaden y conducen», no «mandan y controlan»).

  6. Soy de la opinión de que, en el largo camino de la reivindicación de sus derechos como personas durante tantos años, una de las mayores aportaciones de la mujer en el mundo profesional, en las organizaciones y, en general, en nuestra sociedad es la inteligencia emocional. Aspecto que podemos evidenciar al observar al mundo “macho” tan alterado y a la defensiva.

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