Naturalmente, aunque cueste creerlo, todos somos vendedores. Comenzando por nuestra necesidad de vendernos a nosotros mismos para alcanzar nuestros objetivos. Hay distintas estrategias para hacerlo, pero siempre se trata de un proceso que pone en juego nuestra reputación, motivo por el que mejor: ¡aprender a venderse bien!
Involúcrate.
Tu participación en la comunidad es una oportunidad para ayudar a otros, al mismo tiempo en que te ayudas a tí mism@. Intenta participar colaborando con alguna organización benéfica, o partido político, o grupo vecinal o comunidad religiosa de tu preferencia. Trabaja aportando valor a lo que se hace en ese colectivo. Participar en organizaciones sociales, facilita el desarrollo de nuevos contactos personales que pueden conducir a nuevos espacios y relaciones profesionales que, en el presente, sólo estás soñando poseer.
Afíliate.
¿Perteneces alguna asociación empresaria o profesional? Únete a ellos y asiste a sus eventos. Frecuentar encuentros profesionales para intercambiar información y compartir experiencias con otras personas de tu sector de actividad ayuda a saber más, mejor, antes y a lograr mayor visibilidad social. La “visibilidad social” no es sólo estar en el «lugar más iluminado del salón» para que te puedan ver más personas, también es estar en el «lugar más elevado del terreno» para que tú puedas ver más lejos. En la medida que te resulte posible ofrece patrocinar o participar en algunos de estos eventos; sin duda esto te creará más trabajo, pero también lograrás mayor viabilidad para “tus ventas”.
Supérate.
Sé todo lo mejor que puedas ser. Haz un esfuerzo por aprender algo nuevo cada día. Lee, escucha, mira con curiosidad por qué las cosas son y se comportan de una manera y no de otra. Accede a información sobre los acontecimientos actuales. Asiste regularmente a actividades formativas y congresos que te faciliten aprender y comprender los cambios en tu actividad.
Reconoce el «enfoque dinámico» que tiene la vida.
No eres prisioner@ de las circunstancias; tu puede crear tus salidas en la medida que aprendas las mejores prácticas de tu actividad.
Networking.
Si percibes que se ha pasado por alto una útil situación «de red» necesaria para personas de tu sector de actividad: puedes crearla tu mism@. Elije el momento y lugar. Luego, invita a las personas que podrían beneficiarse por participar. Debes asegurarte que produces un ambiente no-competitivo, con el propósito de facilitar la comunicación abierta e intercambios mutuamente beneficiosos.
Familiariza tu actividad.
No dejes a un lado a las personas con las que tienes relaciones personales. Establece proactividad y sinergia con tus contactos sociales y vuestros respectivos recursos disponibles con las personas que ya conoces y trabaja con ellas. Es probable que respondan positivamente a tu iniciativa de involucrarlos en “tus ventas”.
Actúa ahora.
¿Hay personas clave con quienes te gustaría reunirte? Construye un punto de reunión de ellos.
Planifica una estrategia realista y ejecuta una táctica simple para que un conocido en común (personal o profesional) los presente personalmente. Asiste a sus conferencias y habla con ellos cuando haya terminado su ponencia. Llámelas por teléfono, o envíales un mail, enlázalos en Facebook o en Twitter o en LikedIN para concertar una cita personal o solicitarle si tiene a bien recibir tu propuesta/idea/consulta.
No esperes «la oportunidad» ¡Hazlo Ahora Mismo!
Susúrrales en sus oídos.
Toma ventaja de las RRPP. Las estrategias de las relaciones públicas son similares a las de la publicidad, pero tiene un efecto diferente: la publicidad es a menudo “difícil” para vender; en cambio, las RRPP siempre “venden” de una manera más sutil. Los costos para hacer efectivas RRPP son de “libre configuración”; mientras que la publicidad efectiva suelen ser mucho más costosa que susurrarle algo oportuno, en el momento preciso momento, al oído de la persona correcta.
Patrocina.
Considera la posibilidad de patrocinar un evento. Dona un sitio para una función teatral o proyección de cine de beneficencia. Paga las camisetas para el equipo de fútbol de la escuela, o de la liga vecinal. Contribuye en favor de un evento de caridad. Son algunas formas sencillas de lograr reconocimiento y visibilidad social.
Identifícate.
Ponte a ti mism@ aparte del resto de la multitud. Crea una «identidad única» para ti. Tener un logotipo y un lema que atractivo para que la gente no solo te identifique sino que, sobre todo, estimule a que la gente te recuerde. ¿Regalos? ¿Cartas de agradecimiento? Ofrece siempre algo extra que establezca una diferencia significativa ente tu y el resto.
Reputación.
Desarrolla una reputación personal de alta calidad, basada en tu honestidad y el respeto tuyo hacia los demás. Debes cultivar tus valores, en la valorización positiva de los otros. Entrega a “tus clientes” los motivos para que ellos hablen de ti a sus amigos.
Equilíbrate.
Algunas personas se especializan demasiado en una actividad o la provisión de un producto o servicio. Otyras, en cambio. pretenden abarcar todo el amplio universo de actividades que, en muchos casos, no tienen nada que ver con su propósito o les crean más pérdidas que beneficios. Tu: búscate un nicho, pero que no sea demasiado estrecho.
😉 Prepara tu pastel del tamaño que lo puedas comer.
Se realista: estos cambios no ocurrirán durante la noche mientras estás durmiendo, o por el solo hecho de desear que ocurran. Da un paso a la vez. Te sorprenderás lo rápido que puedes llegar a donde quieras ir.
3 comentarios en «Venderse bien, ¿pagan el mejor precio por tu talento?»