En la crisis de la educación. La educación en crisis. La educación en la crisis. De la educación a la crisis. Por la crisis de la educación. Por educación en la crisis. En la crisis por la educación.
Ponlo como quieras. Pero nada se resolverá hasta tanto se tome conciencia y se ponga en claro que hay:
«Educación de la crisis» y «Educación para la crisis».
En «Nuevas Reglas para la Nueva Economía» (1999), Kevin Kelly reflotó el principio schumpeteriano de la «oportunidad»:
Lo que la Gran Asimetría va acumulando no es el dinero, ni la energía, ni cosas materiales. El origen de la riqueza económica está en las oportunidades.
La vida en sociedad es un «espacio de oportunidades» en expansión que impulsa un desarrollo constante. Es ilimitado y abierto a la innovación que crea riqueza. De cada oportunidad se ramifican nuevas oportunidades, partiendo desde las simples innovaciones para mejorar o para adaptar a nuevas aplicaciones, de cada objeto, o concepto, o diseño que incorpora la sociedad.
Cada oportunidad lleva implícita una conexión. A medida que vamos conectando más y más aspectos del mundo formando nodos de una red, formamos más miles de millones de componentes en el gran juego combinado. El número de combinaciones explota.
Dime, por favor, dime y compártelo con todos los «ciberhabitantes» de este blog: ¿en alguna escuela de nivel medio y/o superior, en algún programa curricular vigente en Latinoamérica está presente la formación sistemática sobre cómo descubrir oportunidades?
La educación formal, sobre todo la «pública», está organizada para que los «docentes» (los que dan-luz) describan las habilidades culturales básicas, con la incierta pretensión que los «alumnos» (los sin-luz)
aprendan a solucionar problemas. El resultado es que la humanidad se ha orientado siempre a «buscar problemas» que tienen que ser resueltos. Esa es la lógica sistémica contemporánea… así nos va.
Los problemas son entidades que no trabajan. Normalmente son situaciones en las que el objetivo está muy claro pero la ejecución no tanto.
Peter Drucker recomendaba a los gerentes del Siglo XX que «no solucionen los problemas». George Gilder ha subido la valla:
Cuando está solucionando problemas, está alimentando sus fracasos, agotando sus éxitos, y alcanzando la costosa mediocridad. En un área competitiva global, la costosa mediocridad no tiene futuro».
«No solucione los problemas; aproveche las oportunidades», (Drucker, Gilder, Kelly, otros 2 millones de personas y mi abuelo Aarón).
La búsqueda de oportunidades no sólo es relevante en los largos ciclos de progreso económico. Tanto a corto como a largo plazo, nuestra habilidad para resolver problemas sociales y económicos se limitará principalmente a nuestra falta de imaginación a la hora de aprovechar oportunidades, y no a nuestro intento de optimizar soluciones.
En la sociedad de la mente, lo único seguro es que las habilidades esenciales y las respuestas que necesitaremos no son las que utilizamos hoy.
2 comentarios en «La crisis educativa de la educación para la crisis»