Los pilares de la sostenibilidad no son sustentables porque no les interesa ni a los consumidores ni a los empresarios cuando consumen y producen.
Cada vez que los especialistas publican sobre sostenibilidad no puedo evitar pensar que son demasiado optimistas y en la enorme distancia que existe entre sus predicciones y el día a día de las empresas y de los consumidores.
Todos estamos de acuerdo con los principios éticos y morales que se promulgan sobre los tres pilares interrelacionados de la sostenibilidad: el medio ambiente, la economía y la sociedad.
Aunque a lo igual que ocurre con los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” (ODS, ONU 2012), como una agenda con fecha de cumplimiento en 2030, todos los reconocemos como loables y adherimos a ellos en la medida que no afecte a nuestros intereses económicos y hábitos de vida personales.
Hay un gran espectáculo del estilo de los coloridos y luminosos circos de tres pistas montado sobre la sostenibilidad.
Usar aplicaciones como Vinted™ para vender la ropa que ya no vas a usar, no es una solución sostenible; porque el reciclado de una camiseta fabricada en una cadena productiva contaminada de vicios con evasión de impuestos, explotación de mano de obra esclava y contaminación ambiental entre otras prácticas aberrantes del desarrollo, es un ejemplo de la hipocresía que ronda en torno a la sostenibilidad.
Tanto los ODS, como los argumentos que exponen los expertos en desarrollo sostenible, están enfocando a los síntomas sin dar una respuesta clara, concreta, sobre cómo modificar o evitar sus causas.
Comportamiento gana al deseo de la sostenabilidad
Estuve asistiendo a un evento global donde 3 expertos y una empresaria textil expusieron bases conceptuales sobre normativa de sostenibilidad, la irrenunciable necesidad empresaria de adoptar esas normas para seguir transitando por el mundo sin caerse del mapa y adoptar comportamientos de consumo responsable y comprometido con el futuro sostenible.
Mientras escuchaba sus argumentos no pude dejar de pensar en el informe sobre consumo elaborado por RTVE “El precio de lo barato: la esclavitud moderna que esconde el negocio de la moda”, que entre otros claros contrastes con el “circo luminoso de tres pistas” incluye el video: “¿Preferimos comprar marcas blancas para ahorrar aunque perjudiquemos al desarrollo sostenible?”
Realidad vs fantasía de los pilares de la sostenabilidad
A la abrumadora mayoría de los consumidores nos interesa un pepino cómo es la secuencia productiva de cada cosa que compramos porque la queremos tener o porque necesitamos consumir.
Las empresas pueden declamar todo lo que quieran sobre su compromiso con los tres pilares de la sostenibilidad, pero la realidad es que su meta es optimizar sus ganancias económicas lo más rápido posible aunque eso implique arruinar la vida digna de sus empleados y cargarse a la salud ambiental del planeta.
Los empresarios pueden declarar encomiables maneras de ejercer estilos de liderazgo ejemplares que contrastan con lo que ha costado en España, por ejemplo, aumentar 30€ el salario mínimo que sigue siendo insuficiente para lograr pagar las cuentas básicas de alimentación, vestimenta y alojamiento.
Los obreros pueden decir que están comprometidos con la calidad de lo que producen; ahora, si para cumplir esas normas requiere formarse constantemente para mejorar su productividad miran por la ventana más cercana hacia el exterior para estimar cuánto falta para que termine la jornada laboral.
Entonces, ¿la sostenibilidad es todavía un negocio para los consultores y un discurso político correcto plagado de ética, aunque vacío de soluciones realistas?
Creo, es mi opinión, que el actual enfoque de la sostenibilidad no es sostenible.
FUENTE DE LA ILUSTRACIÓN: Foto de Malcolm Lightbody en Unsplash
Los cambios deben iniciarse desde cada uno de nosotros, cierto, pero deben también estar regulados normativamente. Espero que como sociedad hayamos madurado lo suficiente como para que se pueda y deba hacerlo.
Gracias Tamar por tu aportación a mi reflexión personal que reconozco que resulta «controvertida» con la idea generalizada que la «sostenibilidad» es un «valor» en vías de consolidación en todos los hábitos de producción y consumo globales.
Yo siento que existe una declaración teórica (políticamente correcta) de intenciones, todavía muy alejada de la realidad fáctica sobre cómo se produce, cómo se consume y cómo se gestiona tanto lo público como lo privado. Por ahora «mal hábito», gana a «buena idea».
¿Qué la «sostenibilidad» es una cuestión crítica para nuestra sobrevivencia como especie y la continuidad de la habitabilidad en nuestro planeta Tierra? Nadie lo pone en duda; lo que ocurre es que «el ambiente propicio para el desarrollo sostenible» todavía no encuadra con la realidad cotidiana del ambiente rentable para la mayoría de las empresas y los intereses individuales de la mayoría de los consumidores».
Siento que, lamentablemente, estamos muy lejos de la razonable y loable maduración social que mencionas.
No podemos esperar que los cambios que requiere la sociedad vengan de los demás (líderes políticos, espirituales, empresarios, …) los cambios deben iniciar desde nosotros y de manera consciente e integra, de manera que se quieran replicar
Gracias, Julián, por tu apreciada atención a este contenido y expresar tu criterio al respecto.