La subsanación de la economía mundial se basa en la creación de nuevas empresas y no en los pequeños negocios que ya están funcionando con muchas dificultades y hábitos consolidados en una época “diferente” (por no decir “mejor”).
No es casual que en los últimos 5 años, con los primeros síntomas de la crisis, se hayan multiplicado exponencialmente, en todo el mundo, programas de estímulo para emprendedores creadores de empresas en forma de concursos de ideas, elaboración maratónica de proyectos y una diversidad de formas (poco ingeniosas) para crear “ecosistemas emprendedores” procurando replicar el boom de Silicon Valley (como si eso dependiera de impartir un “curso al uso” o declamar algún caso de estudio de éxito).
Las Universidades y los Entes de desarrollo local están obsesionados desde 1990 con crear su propio Silicon Valley; no está mal, el problema es que la mayoría de las personas que tratan de materializar esos loables deseos desconocen en profundidad la naturaleza de “los habitantes del valle”.
Más, también parten de la idea que son los estudiantes y recién egresados los que tomarán la iniciativa emprendedora de crear empresas innovadoras y las evidencias de estudios de la Fundación Kauffman, entre 1995 y 2005, señalan que en Silicon Valley (el paraíso deseado) los emprendedores mayores de 50 años duplican a los menores de 25.
El estudio anual de Global Entrepreneurship Monitor (GEM) de 2009, reveló que los emprendedores entre 20 y 30 años de edad crearon más empresas nuevas, como de costumbre. Sin embargo, el colectivo emprendedor integrado por menores de 35 años sólo representaban el 19,1% del total de la actividad empresarial. Además, el informe señalaba que se estaba comenzando a notar un «cambio radical», porque la iniciativa empresarial se había reducido para los jóvenes, con relación a años anteriores, y aumentaba significativamente la cohorte de más de 45 años de edad de los nuevos emprendedores a partir del incio de la crisis en 2008.
Si continúa la tendencia que ha surgido hace 3 años: el conjunto más emprendedor estará integrado por personas mayores de 45 años de edad en sólo unos pocos años.
Surge una nueva cuestión que hay que procurar resolver: para el bien de la economía mundial ¿se debe alentar a los jóvenes estudiantes para que opten emprender por cuenta propia la creación de nuevas empresas, en lugar de procurar emplearse en empresas ya establecidas?
En vista de las nuevas investigaciones el panorama para los programas de empoderamiento emprendedor se ha complicado y ha dejado de ser una opción lineal entre el estímulo y el resultado.
Emprendedores de más de 45 años de edad están comenzando a crear, cada vez más, nuevas empresas y podría superar a los empresarios más jóvenes dentro de los próximos años. Esto no es necesariamente una “mala noticia”: los emprendedores de edad avanzada tienden a tener más éxito.
Contrariando el “saber tradicional”, el espíritu emprendedor es cada vez más una prioridad de los trabajadores de más edad amenazados por el desempleo y la deprivación (la nueva forma de la pobreza en el mundo desarrollado); incluso que en el sector de la juventud obsesionada con la tecnología.
Hay una serie de factores estructurales que hacen que crear una nueva empresa sea más fácil -—y posiblemente mejor—para los trabajadores mayores. Ante todo, los empresarios mayores de 45 años de edad son más propensos a saber utilizar sus experiencias vitales, a la vez que poseen redes de relaciones sociales personales y profesionales mejor desarrolladas o con mejor potencial que los jóvenes.
La “gente mayor” es más probable que ya tengan su propio patrimonio que podrían aprovechar para financiar los primeros momentos de sus propios emprendimientos y, fundamentalmente, aunque se trate de un activo menos tangible: los trabajadores mayores poseen la experiencia práctica necesaria de gestión para crear una empresa y conseguir que funcione.
Lejos de proponer que se cambie el criterio de alentar a los niños en edad en escolar y los jóvenes a desarrollar comportamientos y valores emprendedores, intento alentar a ampliar ese criterio; comenzando por analizar que ha llegado el momento de crear metodología y contenidos para empoderar el espíritu emprendedor creador de empresas adaptado a las personas mayores de 45 años de edad que puedan percibir una «sanción social» negativa a crear sus propias nuevas empresas.
Recomendación: Curso Experto Universitario en Andragogía
Sr. Mario de que país es este artículo ?
¿Qué importancia tiene «de cuál país es el artículo» (o el autor)?
Me intereso este artículo porque actualmente estoy trabajando esté tema (emprendimiento en mayores) y temas que usted aborda en México se viven de diferente forma, por eso me gustaría saber de donde es su perspectiva de acuerdo al contexto del país en dónde está trabajando.
Soy nacido en Argentina, resido en España y tengo el Honor de trabajar con varias Univerdidades, ONGS, empresas y organismos públicos de casi toda Iberoamérica.
Desde mi perspectiva el problema y sus condiciones de los «emprendedores seniors» tienen que ver con el ecosistema institucional de su entorno, la ecología social con la que se relacionan y la calidad y extensión de la red de relaciones sociales personales y profesionales que puedan crear y desarrollar. No es un problema «nacional», aunque si es cierto que pueden existir factores territoriales favorables y desfavorables.
Estimado Mario,
Gracias por el artículo, me ha dado una buena idea. Yo me dedico a ayudar a emprendedores a poner en marcha sus ideas en el ámbito ambiental, con indenpendencia de su edad…la mayoría de la gente que viene a mis eventos tiene entre 30 y 40 años pero suele haber siempre alguien de más edad..y siempre son unos cracks. Mi próximo evento es en Murcia del 26 al 28 de septiembre
Gracias por su comentario, Javier. ¡Éxitos con el evento! Debo confesar algo: esta reflexión la hice en marzo de 2013, con el transcurrir del tiempo le asigno más valor relativo a la cuestión de la generación de los emprendedores creadores de empresas. Creo, por el contrario a lo que se suele suponer, que una combinación equilibrada de socios de diferentes generaciones y géneros serán los grupos emprendedores con mayor potencial de éxito.
Profesor Dehter, he leído su nueva propuesta y creo que es posible, pero no pensando que los mayores creen empresa, sino cómo las empresas deben ser el resultado de un equipo de personas que estudian, reflexionan y proponen alernativas a problemas en diversos campos. Los viejos enseñando de sus experiencias y los jóvenes con su impulso y deseo de conocimiento pueden articular. Tengo 57 años y desde que tenía 25 años empecé a soñar en crear muchas, lo intenté pero me faltó quien me enseñara de su experiencia….
Creo que esto implica: que los viejos emprenden sino con quien podemos emprender….
Gracias por sus ideas y agradezco me diga si puedo escribirle a su correo, estoy terminando una investigación doctoral sobre el emprendimiento para el desarrollo local desde una perspectiva holística.
Gracias.
Yolanda
Los emprendedores mayores son personas expertas que tienen mucha práctica en el campo y pueden lograr ideas nuevas e ingeniosas. El emprendedor experto tiene mucho que enseñarles a los emprendedores jóvenes.
Gracias por su apreciado comentario. También los jóvenes emprendedores tienen mucho para aportar a los mayores, como una gran cuota de osadía, energía, entusiasmo más allá de «la lógica» :)… Creo que es bueno la sinergia entre generaciones y géneros.
Quisiera recibir un consejo suyo, soy madre soltera, tengo una hija de 14 años y tengo 51 años lo que quiere decir que me pensiono en 6 años en Colombia. Pero por mis ingresos actuales me devolveran mis aportes así que debo seguir trabajando pero deseo estudiar estética para trabajr independiente como esteticista. Soy auxiliar de enfermería y ejercí por espacio de 15 años, hace 8 años no ejerzo en salud pero me apasiona el tema. Solo que tengo temor de no poder surgir porque no se como dar a conocer mis servicios. Pues hace 8 años ejerzo en otro oficio que nada tiene que ver con salud.
Apreciada Lucy, gracias por su atención al contenido. Comprenderá que no puedo ofrecerle una consultoría individual y tampoco ofrecerle «un consejo» sobre todo porque sería necesario conocer varios aspectos personales (su contexto regional y otras circunstancias de su experiencia profesional y sobre todo su visión a futuro).
Primero: olvídese de la «pensión». Segundo, en muchas regiones de Colombia (país que tuve el grato honor de conocer personalmente hace unos pocos meses y donde tengo varios amigos en distintas ciudades) existen múltiples programas públicos y de buenas Universidades que asesoran, asisten y forman a personas con inquietudes para emprender actividades empresariales por cuenta propia. Averigüe que hay cerca de su lugar de residencia. Si quiere escríbame por este medio (NO voy a publicar su respuestas) en qué ciudad reside en Colombia y trataré de ayudarle a encontrar alguno de esos programas. Un cordial saludo; Mario.
Coincido Mario, somos los mayorcitos quienes tenemos que dar el ejemplo creando nuevas empresas. Somos el futuro porque los más jóvenes todavía nos miran y es con el hacer que podemos demostrar que se puede.
Con respecto a crear metodologías, estoy convencido que es posible. En Bs. As. estamos intentando fundar un Instituto de Formación Superior Emprendedor Empresario. Aunque ser emprendedor está lejos de ser una profesión, es necesario que tengamos más emprendedores profesionales.
Te mando un abrazo
Hola, buenos días, me gustaría conocer si finalmente el proyecto que citan está en marcha y si pueden facilitarme su web. Gracias
Gracias por su interés en esta publicación. Por favor Sara, ¿a qué emprendimiento mencionado en este post se refiere usted?
Me refiero a Instituto de Formación Superior Emprendedor Empresario en Buenos Aires, disculpas
Hola Sara, le indico la web del autor del comentario. Por favor pónganse en contacto directo con Guillermo Morales (es un amigo, vive en la Provincia de Buenos Aires, Argentina y yo resido en Sevilla, España). No estoy al tanto de su actividad actual.
Excelente Mario,
Un par de datos adicionales los estudios muestran que la mayoría de las empresas exitosas se crean a partir de ideas tomadas en un trabajo anterior, lo que presenta un gran desafío o interrogante a la generación de ideas de nuevos negocios cuando trabajas con los más jóvenes.
Por otro lado, como bien dices, la fuente más común de financiamiento es el capital propio (ahorro, bienes propios) que quizás se logre «acumular» después de un tiempo.
Un abrazo desde Argentina.
PD: voy a reproducir este artículo en mi pagina 🙂
Gracias Miguel! Será un honor seguir fortaleciendo nuestra sinergia con http://www.emprenautas.com
Querido Mario
La frase que quería decir es: no puedo estar más de acuerdo.
Tengo una raya en las gafas a la altura de ese sitio llamado donde pongo el ojo y pongo la tecla.
Como ves, me juega malas pasadas y si además lo hago por el móvil imagina el desaguisado de respuestas que les doy a mis alumnos.
El mito del joven en el garaje inventando una máquina y que crea una imperio informático, mola. Pero no es la primera vez que leo que el modelo de emprendedor con éxito es un poquito más mayor.
Yo no me siento identificado con ese modelo, soy un poco más viejo. Además creo que la experiencia y el conocimiento es fundamental.
A mi me pasa una cosa y es que con esta crisis veo una gran conocimiento mayor de 45 en el paro (gente con magníficas neuronas), un conocimiento que no se aprovecha y lo mas grave, que no lo aprovechan. Me he cansado de oir (o escuchar, ya no se como decirlo) medidas para el emprendimiento (sea verde, sea amarillo, sea el que sea). Pero estoy más cansado de otra cosa, de ver como ese conocimiento pasa desapercibido sin que nadie ayude a transmitirlo a la sociedad en forma de empresa, proyecto, etc….
A lo mejor es que nuestro caso no vende
Un artículo que anima ya que para los mayores la presión social sobre “mayor y sin trabajo” te arroja directamente al saco marginal. Claro que habría que distinguir unos mayores de otros (45 a 60; 60 en adelante)?. También habría que discenir entre mayores innovadores y mayores que no lo son pero serían buenos para colaborar.En fin, un aplauso por haber pensado.
Gracias Sara! 🙂
Estoy en el rango “>60″ (cuarenta y veintidós, para ser más preciso). Claro que siento que mi risiliencia se está haciendo “menos flexible”, pero en materia de mi capacidad emprendedora siento mayor impulso (fuera de broma).
Apreciado Jorge, yo quisiera leerte: “no peudo estar más de acuerdo” (en términos que te parace un enfoque apropiado que no nos arrojen a los “viejos” por la borda, que tenemos mucho paño pasa coser en este lío de cosas). Quizás hayas querido expresar que “no puedos estar de acuerdo”… respeto tu criteriosa opinión porque conozco tu talento y sé de tu experiencia como educador y consultor. Quizás hayas querido expresar otra cosa… como sea: te aprecio mucho y me gustaría, si te resulta posible, aclarar tu visión respecto de este tema.
Es un punto crítico sobre el que planificadores y ejecutores de políticas públicas, educadores, sociólogos y “la gente de a pié” vamos a tener que ponernos a trabajar muy intensamente desde este mismo momento sin perder más tiempo en tonterías ocupándonos de temas superficiales y los pequeños “negocios” de dónde gastar con criterio el dinero público.
Un cordial abrazo
Acabo de leer tu artículo y no puedo estarás de acuerdo