Frecuentemente se repiten las preguntas sobre si «emprendedor se nace o se hace», si las actividades para formará emprendedores logran los resultados esperados, si existe la posibilidad de crear cultura emprendedora en una generación que parece no querer asumir compromiso alguno.
Deben existir muchas respuestas para todos estos cuestionamientos; muchos de los cuales ya traen impregnado el «No» como respuesta. Por ejemplo lo que me ha pasado hace unas semanas con un experimentado político del oficialismo español (ver el post La Formación para Emprendedores, ¿crea emprendimientos?).
Mi criterio es que se puede motivar, perfeccionar, facilitar y acompañar la intención para emprender, de quienes poseen la identidad emprendedora.
En algunas ocasiones se puede ayudar a precipitar al «locus de control interno», provocando que algunas personas ”en circunstancias especiales” asuman la responsabilidad de lo que les pasa y de todo aquello que puede ocurrir en su futuro profesional.
En este sentido, cabe la esperanza que las actividades de formación y apoyo para «emprendedores» haga algo por quienes sientan el deseo y la autoconfianza para emprender. Más en profundidad yo creo, y así lo he experiementado muchas veces, también se puede provocar «el deseo».
En este artículo (ya publicado en 2004, revisado en 2020) procuro profundizar en torno de estas ideas: Factores para el Surgimiento Emprendedor.
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