Los puntos fuertes de la profesión de ingeniero pueden convertirse en impedimentos para lograr ser buenos empresarios; con un enfoque muy simplificado podemos expresar: los ingenieros son más pacientes que los empresarios, y los empresarios necesitan tomar decisiones rápidas que a veces no pueden esperar tener las soluciones precisas.
Los ingenieros “al uso” (felizmente comienzo a percibir un cambio actitud favorable en este sentido): desestiman la intuición como un conocimiento válido y confiable. En general, los ingenieros “clásicos” no consideran aptitudes profesionales relevantes a la habilidad para entablar y desarrollar relaciones sociales interpersonales y el pensamiento visionario.
Por su parte, los empresarios sienten y saben que sus proyectos están firmemente condicionados por la calidad de sus relaciones sociales interpersonales y profesionales, así como que «si hay un negocio» es porque previamente alguien lo ha soñado realizar.
La esperanza que será posible el desarrollo de las competencias emprendedoras de los ingenieros y que las Facultades de Ingeniería serán ecosistemas favorables para el desarrollo de la cultura emprendedora está inextricablemente vinculada a que la formación del ingeniero supere el enfoque monodisciplinar para desarrollar «competencias tecnológicas» y para la «gestión de proyectos», con habilidades para la «gestión de personas» y sobre «el mundo de los negocios».
La experiencia de tener el Gran Honor de estar a cargo del diseño y la impartición del “Curso Avanzado de Formación de Formadores para Profesores de Ingeniería sobre Cultura Emprendedora e Innovación”, organizado por Programa Regional de Innovación y Emprendedorismo en Ingeniería (PRECITYE) me ha creado esta pregunta sobre las que debo seguir aprendiendo:
¿Ser emprendedor facilita ser un mejor ingeniero?
Sí, porque los rasgos emprendedores permiten al ingeniero ser más estratégico que táctico. Además, poseerá estilos de pensamientos más flexibles (“cambiar el sombrero, o combinar varios sombreros, cada vez que sea conveniente”). Será más “social” e “interactivo” con todos los beneficios que conlleva la sinergia, la empatía y la sociabilidad.
Apreciado amigo, como siempre tus reflexiones invitan a seguir moviendo el pensamiento con nuevas preguntas y reflexiones. Comparto tu visión y el optimismo en el cambio que estamos protagonizando. Agrego y disparo asi mi ultimo post, que asi como dices que «Los puntos fuertes de la profesión de ingeniero pueden convertirse en impedimentos para lograr ser buenos empresarios», también son impedimentos para ser buenos emprendedores, no tan solo para gestionar lo que está en ejecución, sino también para desarrollar nuevos emprendimientos.
Sigo por allá: http://bit.ly/1aVyWYC
Un abrazo!
Gracias por tu apreciada atención, Pablo. Soy optimista porque estoy encontrando, poco a poco, más ingenieros reflexionando sobre la animación de la cultura emprendedora en las Facultades de Ingeniería desde la perspectiva del empresario y no desde el «coto» académico. Estamos en un momento que la jerga aeronáutica se denomina «velocidad de rotación»… levantamos el morro y nos elevamos, o vamos a ir directo a…