Saber escuchar
Mark Twain advertía que hay que prestar mucha atención al leer un manual de instrucciones de un serrucho porque por un error de imprenta: puedes perder un dedo. De igual manera un buen consejo o una oportuna sugerencia, puede carecer de valor sólo porque no se la ha escuchado apropiadamente. Es simple: hay que reconocer que para lograr un objetivo, depende de la atención que se ha puesto en escuchar a los demás.
