La teoría del cambio (TOC, por “Theory of Change”) es el resultado de una serie de ejercicios analíticos que anticipa los escenarios necesarios por los hay que pasar, a corto y medio plazo, para que una organización alcance sus metas a largo plazo.
¿Qué ventaja ofrece crear una Teoría del Cambio antes de cambiar y no después de intentar hacerlo?
Todo el mundo quiere mejorar, aún quienes creen que lo que hay y cómo estamos es suficiente.
Algunas iniciativas comunitarias, como por ejemplo “estimular la cultura emprendedora” o “promover iniciativas empresariales”, muchas veces se planifican sin una clara comprensión de las etapas inmediatas e intermedias requeridas para que se logren los cambios a largo plazo; por lo tanto, para planificar programas de desarrollo y para que sus respectivos criterios de evaluación sean eficaces se deben examinar con detalle las suposiciones teóricas sobre los procesos de cambio verdaderamente prácticos.
El destino sucede justo ahora
El destino sucede justo ahora
Elaborar una “Teoría del Cambio” ayuda a crear un mapa de los pasos necesarios que hay que dar por aquello de que “el destino sucede justo ahora”. Proporciona una oportunidad para que las partes involucradas en la prosecución de cambios deseados puedan saber de antemano cómo contribuir, qué impacto tendrán sus acciones y si es realista pretender llegar a su objetivo a largo plazo con el tiempo, los conocimientos y los recursos que tienen disponibles.
Materiales de capacitación y herramientas para elaborar “TOCs” están disponibles en la web www.theoryofchange.org. Crear una “teoría del cambio” es una herramienta para gestionar las expectativas y facilitar, así, la planificación de estrategias y para establecer sus criterios de evaluación.
Cuando he participado en programas para el desarrollo de la cultura emprendedora ─especialmente en el ámbito de Universidades y organizaciones gubernamentales─ me encontré con mucha gente argumentando “supuestos” basados en la lectura de algún paper, o especulando sobre como “debería ser” más que en “cómo funciona” la realidad; con muy escasas excepciones he visto poco pensamiento crítico y prescriptor, más bien, las iniciativas para el desarrollo comunitario suelen mirar por arriba de los problemas concretos del entorno más próximo para imaginar escenarios futuros a los que pretenden llegar con soluciones abstractas.
Por eso me ha interesado la perspectiva TOC; porque se trata de un proceso “paso a paso” que ayuda a descomprimir el pensamiento de los grupos sobre cómo lograr los cambios que desean alcanzar y cómo hacer para trazar y documentar, de una manera sistemática, cada paso antes y después de los avances parciales hacia la meta.
¿Cuál es el proceso para elaborar un TOC?
El primer paso es lograr que la gente exprese con claridad qué quieren lograr a través de su iniciativa. Es frecuente que los miembros de los grupos que se proponen innovar o crear nuevos escenarios sociales tengan ideas muy diferentes entre sí acerca de cómo están trabajando, hacia dónde y para qué lo están haciendo.
El siguiente paso es que el conjunto de las personas involucradas en procesos de desarrollo, trabajen o no en el mismo nivel jerárquico y organizacional, reflexionen acerca de todas las condiciones y requisitos previos que deben existir para alcanzar su objetivo a largo plazo.
A continuación tienen que considerar, a la luz de esta perspectiva general, ¿quiénes, cómo y cuándo van a asumir la responsabilidad de la producción de estas “condiciones previas”? ─también conocidos como “los resultados a corto y mediano plazo”.
Cabe considerar que las “condiciones previas” no puedan por sí solas influir en el logro del objetivo a largo plazo. Algunas condiciones previas están fuera del alcance de influencia de las organizaciones puestas a crear su “teoría del cambio”. Por ejemplo, para crear una cultura emprendedora en el ámbito de una organización o en una economía regional es necesario que exista un ecosistema político, económico y tecnológico capaz de producir suficientes recursos para financiar y alentar a los comportamientos emprendedores. Otro ejemplo, si se pretende crear empleo no es suficiente las estrategias de formar o reconvertir las competencias a los desempleados si no existe una economía que crezca demandando más cantidad de empleados.
Ahora bien, aunque las organizaciones involucradas en las actividades de desarrollo social, económico y/o tecnológico puedan sentirse sometidas a la influencia de las condiciones que no están bajo su control y que éstos “huecos” dificulten su actuación: pueden ser capaces de avanzar trazando alianzas y áreas de colaboración estratégica, o asociaciones temporales, con otras organizaciones para apalancar sus respectivos procesos.
Por ejemplo, una condición previa para un programa que promueva a las iniciativas empresariales de estudiantes universitarios y jóvenes profesionales podría ser crear redes de contacto entre ellos y con los empresarios, consultores y gerentes de empresas.
La “contaminación empresaria adentro del claustro” no sería suficiente para influir en la tasa de creación de nuevas empresas, pero puede ser una estrategia intermedia capaz de facilitar al afloramiento de las iniciativas empresariales de estudiantes y jóvenes egresados mediante la colaboración con otros agentes del ecosistema institucional de la Universidad que se lo proponga; a su vez, las empresas que cooperen para la creación de nuevas empresas se verán beneficiadas por la visión “no-experta” (la abeja vuela porque no sabe que su morfología no es aerodinámica) de los noveles profesionales y el fortalecimiento del tejido empresarial por el aumento de la tasa de empresarialidad.