Aunque no podemos cambiar las tendencias demográficas, podemos cambiar la forma en que respondemos a ellas.
La clave de este problema es que las tasas de natalidad, en todo el mundo, han caído por debajo de los niveles de «reemplazo» o por debajo del nivel que puede sostener el crecimiento de la población. Pese a este hecho: no son todas «malas noticias»…