A jugar, Gracias a Dios Hoy es Viernes (17-X-08)

Un Novio para mi Prima Josefina

EL control de la incertidumbre

El clásico Juego de las Citas, recreado por H. W. Lewis en «El Arte y la Ciencia de las Decisiones Correctas: ¿por qué decidirlo a cara o cruz?», admite muchas estrategias diferentes. Es un caso que ilustra una serie de normas sugeridas para tomar decisiones de una manera razonablemente lógica.

Es importante saber que para encontrarle un novio ideal a Josefina y, en general, para decidir bien hay que tener bien en claro los objetivos que se quieren lograr con esa decisión. Por si no queda claro: elegir la mejor opción comienza por expresar claramente los objetivos que se quieren conseguir.

A grandes rasgos, mi prima Josefina tiene dos estrategias básicas: a) lograr el mejor de los novios, aceptando la posibilidad que se equivoque mucho, poco o nada y b) relajar o flexibilizar sus pretensiones sobre lo que ella estima como el mejor de los novios para reducir los daños en caso que fracase en su elección.

A mi prima Josefina le proponemos una lista de 100 (¡cien!) candidatos que están dispuestos a ser su pareja si ella los elige. Cualquiera de ellos podrá¡ ser novio de Josefina, el que Josefina prefiera.

El procedimiento para seleccionar al novio ideal es que Josefina salga, secuencialmente, una vez con cada uno de los 100 candidatos, teniendo que decidir inmediatamente después de cada cita si se queda con el candidato con el que acaba de salir o prueba al siguiente.

Cada vez que finaliza una cita debe tomar la decisión de seguir probando o quedarse con el candidato con el que acaba de salir. No podrá salir dos veces con el mismo candidato, ni podrá elegir un candidato con el que haya salido anteriormente; por ejemplo, si sale con 12 candidatos al finalizar la salida con el 12º o elige al 12º o sale con el 13º sin posibilidad de elegir a ninguno de los primeros 12 candidatos con los que ya ha salido.

Bajo esta condición son obvias algunas cuestiones:

  1. Encontrar al mejor de los novios no es una cuestión que puede ser librada al azar; porque elegir al azar es todo lo contrario de elegir al mejor, en términos que al elegir por azar podrá estar eligiendo a cualquiera (al peor o al mejor).
  2. Debe establecer una tabla de comparaciones que le permita saber cuál es el mejor candidato y el peor candidato.
  3. Si sale y elige al primer candidato de la lista sólo podrían ocurrir dos cosas: a) elige mal o b) elige muy mal… ya que sería una probabilidad asombrosa que encuentre en el primer candidato de la lista (1 en 100) al mejor de los novios posibles.

el candidato idealLa experiencia ayuda a decidir mejor; es razonable, entonces, pedirle a Josefina que primero adquiera algo de experiencia que le permita conocer las virtudes del novio que ella desea elegir.

¿Qué ocurre si Josefina sale con 10 candidatos?

Si son los peores, ella optará por el 11. Si entre los 10 primeros ha pasado el mejor de la lista ella seguirá hasta el número 100 buscando el ideal. En este caso la probabilidad de elegir al novio ideal es de 1 en 10; aún existe un alto potencial de riesgo que Josefina elija mal.

Si se sigue la lógica matemáticas al salir con 36 (¡treinta y seis!) candidatos Josefina habrá podido formarse una base de datos confiables sobre las virtudes que ella prefiere. Además, incrementa notablemente la probabilidad de elegir al mejor de los novios en cualquiera de los candidatos que siguen en la lista desde el puesto 37 en adelante que supere el perfil aprendido en las 36 salidas previas. Estamos hablando de 1 en 3 (más del 50%) de probabilidad de encontrar al mejor.

Corolario de una estrategia lógica

elegir al novio idealLa estrategia del «Juego de las Citas» parte del interrogante si Josefina elige al primero o al último de los candidatos. Ambos términos son sumamente riesgosos, de manera tal que, en principio, le aconsejaremos a Josefina que reduzca o adecue sus pretensiones pero que establezca claramente sus objetivos: ¿es seguro buscar al mejor de la lista o es más probable quedarse con el segundo mejor?

Aspirar sólo «a lo mejor» es una estrategia peligrosa, porque lo perfecto es enemigo de lo factible (Eduardo Kastika), y lo mejor es enemigo de lo bueno (Lewis) y hasta el novio ideal puede tener mal aliento (mi prima Josefina)…

Elegir es una actividad que requiere un alto sentido de realismo para discriminar lo que podemos esperar con mayor probabilidad que ocurra como consecuencia de nuestras acciones, en el contexto donde actuamos y con los recursos con los que disponemos.

15 comentarios en «A jugar, Gracias a Dios Hoy es Viernes (17-X-08)»

  1. Querido @Gustavo,

    HE leí­do varias veces tu valioso comentario y llego siempre, por diferentes direcciones, a la misma idea-fuerza: «sentido común». Creo que las personas hemos perdido o, cuando menos, se nos ha atrofiado el sentido común.

    No tiene explicación, de otra manera, las atrocidades que estamos viendo en el campo de las finanzas y la política. Fí­jate, Gustavo, que ante esta brutal sacudida (vaya a saber cómo y cuando termina este desastre para dar lugar a otra fase de la evolución socioeconómica) cuanto más abajo te vas en «la escala del poder» te encuentras con personas que están reaccionando ”por ahora” con actitudes más racionales. Cuanto más arriba de la escala del poder y/o del dinero están las personas observamos conductas más irracionales. Totalmente carentes de «sentido común».

    Solo los «contertulios» que hayan conocido Argentina 1959-2008; Brasil, Chile y Uruguay 1960 y 1980 podrán comprender la locura que están cometiendo las administraciones públicas y la gestión bancaria del «primer mundo» en estos momentos. Están transfiriendo la pobreza a la riqueza (digo bien, no hay error de tipeo) para mantener ricos a los ricos a costa de hacer más pobres a los pobres.

    Esto es un ejemplo de sentido común fallido. Los impactos nocivos de la falta de sentido común son desvastadores.

    La manera como aplicas el Juego de los 6 Sombreros con tus alumnos es «amarillo» y «verde». Pero tu ponte el «azul» y asegúrate que tus alumnos realicen una transferencia efectiva de su aprendizaje al terreno real en donde actúan afuera del aula, que ellos apliquen la experiencia del «sentido común» en su desempeño cotidiano (aun cuando no sean ni Directores de Bancos, ni Congresistas, ni tengan la decisión de qué manera se gobierna un país). Con que tengan sentido común, es decir ”como tu sugieres con naturalidad” que CONSIDEREN lo mejor, lo menos mejor, lo malo y lo peor que puede ocurrir como resultado de sus decisiones.

    Ché, esto ya deja de ser un comentario para ser una «clase del sábado en la UNSAM», ¿eh?…

    😉 Mi Prima. Ay… mi prima… Ahora me está pidiendo que hagamos otro «jueguito» pero con 500 candidatos… yo sabía… esto de andar probando tanto se puede terminar convirtiendo en un vicio…. Josefina… El candidato favorecido es una mezcla de Rodolfo Valentino con Martí­n Karadajian, tiene un toque entre Toshihide Maskawa y Gregorio Esteban Sánchez Fernández. A ella le gusta mucho, está muy enamorada y eso es, por sentido común, lo único que cuenta.

    Un abrazo

  2. Mario: Gracias por hacernos reflexionar una vez más.

    En verdad más allá de la cuestión matemática, la toma de decisiones que implican una «selección / elección», refieren a identificar aquello que uno CONSIDERA lo adecuado.

    «CONSIDERAR», nos lleva a aplicar nuestro «juicio crí­tico», y entiendo que aquí­ radica un nodo de la cuestión, dado que ello incluye la dedicación de atención, pensar, evaluar el entorno, y tener «los pies sobre la tierra». Podrí­a entonces en un momento «considerar» algo hoy, y tal vez distinto mañana, porque «consideró» otros elementos.

    Nunca más acertado el párrafo final, dado que es recomendable poseer » un alto sentido de realismo … «, algo no obvio. Y ni que hablar que ello dependerá de «nuestras acciones, en el contexto donde actuamos y con los recursos con los que disponemos». También esto no siempre lo tenemos presente, o es evidente.

    Con mis alumnos de la Univ. de Salvador (Buenos Aires, Carrera Comercio Internacional, Materia Políticas Públicas de Com. Internac.), iniciamos el ciclo lectivo ejercitando los «6 sombreros para pensar de E. de Bono», aplicándolo a un artí­culo periodí­stico, llevándonos la sorpresa de todos los aspectos que somos capaces de percibir / construir, con solo ejercitar un poco otras «consideraciones».

    Es decir: «tener los pies sobre la tierra», a la hora de tomar decisiones, no es algo sencillo, toda vez que (dejando de lado los sentimientos -si podemos-) interviene nuestra mente, y el ejercicio del pensamiento, no siempre está presente.

    A no fiarse.

    Y a propósito … con quién se quedó tu prima ?

    Un saludo cordial.
    GM

  3. @Marí­a, por favor no creas que es un «invento» mío. Es un ejercicio clásico para «ablandar neuronas» de los estudiantes en cursos sobre «contingencias», «control de riesgos» y esas «calamidades» 😉 desarrollado por el Sr. Lewis hace 1 década.
    Lo de Lewis es una genialidad… lo de mi prima Josefina una verdadera tragedia… pobre… con lo simpática qué es ella… tan mala suerte con los novios…
    Ahora, lo del Sr. Vikram Seth es patético; dicen que el libro pesa casi 2,5 kg… uy… una verdadera «Lata» 😉 ja! menos mal que comentan que la trama es muy divertida porque en caso contrario Lata y el propio Vikram merecían casarse entre ellos, ¿no?

    Gracias por tu valioso tiempo a este espacio. Me honras, ¡»materia gris»!

  4. Mirá, la verdad, es que leí­ solo los primeros párrafos y a lo que me hace acordar, lo de tu prima Josefina, es a la especulación lógica y errada de el protagonista del tunel de Sábato.

  5. @Favio,

    Tendí­amos que comenzar aceptando que es utópico que las personas «pensemos frí­amente». Mucho menos tratándose de cuestiones «del corazón»… y… esteeeeeee… mucho menos tratándose de mi prima Josefina que suele tener… digamosssssss… esteeeeeee… una «temperatura superior a la media» con tantos años sin novio 😉

    Un poco (apenas) más en serio.

    «Decidir» es una eleccón entre dos o más alternativas. «Decidir bien», es elegir la mejor de las opciones en términos de máximo beneficio con el menor riesgo.

    Si posees una «bola de cristal» no es necesario tomar ninguna decisión porque siempre podrías conocer la «mejor opción» sin molestarte evaluando otras alternativas ni «tomando clases de estadística» 😉

    Pero nadie posee una «bola de cristal»; motivo por el cual nadie puede conocer todos los factores de riesgo implí­citos en lo que se pretende emprender, ni puede predecir con exactitud el resultado de elegir una opción entre un conjunto de opciones posibles.

    En el «mercado» lo único que se cuenta para contrarrestar la incertidumbre es con nuestra limitada certidumbre (lo que sí­ sabemos); eso nos permite evaluar a priori, de alguna manera más o menos «intuitiva», los beneficios y las pérdidas potenciales.

    Una «buena práctica» para tomar buenas decisiones (para elegirle un novio a mi prima Josefina o para gestionar nuestros negocios) es pensar cuidadosamente entre muchas consecuencias posibles, evaluando con honestidad intelectual los beneficios y pérdidas potenciales en cada caso. La estrategia es asociar a cada posible acción que se puede tomar, cuál serán sus posibles consecuencias.

    Un abrazo, Favio. Confí­o que este «juego» sea útil para «renderizar» la pelí­cula cotidiana que todos filmamos (o mejor encargársela a http://www.puntomov.com).

  6. @Antonio Melo,

    Gracias por tu consulta y por tu reflexión con 3 vértices fundamentales del «juego de vivir»:

    1) el aprendizaje sobre el problema, más que la obsesión por las soluciones (a problemas que quizás no se comprenden porque no se aprende de ellos);

    2) poner a «la expectativa» en un marco realista de los recursos y las habilidades disponibles, sin que esto signifique limitar nuestras ilusiones y, sobre todo, a nuestra capacidad para innovar buscando cada vez más satisfacción por lo que tenemos y lo que podemos seguir consiguiendo, y

    3) asumir que somos responsable de todo lo que nos pasa, para bien o para mal, en nuestro «juegos de vida».

    No en vano, Antonio Melo, CYGNA Consultores (http://www.cygna.com.ar) posee buen prestigio. A propósito, me honra vuestra participación aquí­.

    Sobre tu apreciada pregunta que más que «consulta» es una interesante oportunidad para reflexionar en el «saber-saber», el «saber-hacer» y «saber-ser» de quienes nos dedicamos a la formación en el ámbito empresarial.

    En lo personal, mi principal fortaleza profesional y mi más profunda vocación es el trabajo con emprendedores creadores de empresas (independientes, corporativos o exoemprendores). Mi interés siempre está más enfocado hacia como aprenden las personas que como les puedo «enseñar»; te ruego que no te detengas en el juego de palabras. En términos de la animación de la cultura emprendedora hay una abrupta diferencia entre «el proceso cognitivo» y «la metodologí­a didáctica» que lo pretende estimular y orientar.

    En «Desde el Aprendizaje hasta el Conocimiento» (en https://www.mariodehter.com/wp-content/uploads/aprendizaje.pdf) hay un párrafo que quizás establezca un puente entre tu pregunta-reflexiva y mi propio criterio: «Frecuentemente la técnica de instrucción consiste en sugerir a los estudiantes la elaboración de ejemplos teóricos utilizados para aprender conocimientos que se supone serán de fácil recuperación en un momento posterior, cuando el alumno lo requiera ante alguna exigencia ocupacional o profesional.
    «En la práctica es realmente más difí­cil de recuperar afuera del aula porque el conocimiento está ligado al contexto. Sin embargo, cuando un asunto se enseña en contextos múltiples, e incluye ejemplos que demuestran aplicaciones más amplias de lo que se está enseñando, las personas integran mayor cantidad de conceptos y propiedades de lo que aprenden, desarrollando conocimientos más flexibles y, consecuentemente, mejor transferibles.
    «Las experiencias de aprendizaje tradicionales producen una «memoria eficaz», pero una pobre capacidad de transferencia. Deberíamos procurar, en cambio, experiencias capaces de
    producir, además de la «memoria eficaz», una capacidad de transferencia más rica.»

    Aplico el juego (este y otros) como una excusa para desestructurar los «manuales de procedimiento» o los paradigmas que suelen pivotar el comportamiento y respuestas de los «empresarios» o «gerentes» más experimentados. En general, logro como resultado que las personas queden mejor predispuestas para adaptar sus comportamientos a las exigencias de la materia que están aprendiendo y que, sobre todo, que transfieran con mayor facilidad los conocimientos a su campo de actuación profesional u ocupacional.

    Un cordial saludo.

  7. Muy interesante el juego Mario. A ver, no sé, creo que si se piensa frí­amente Josefina tendrí­a que saber algo de Estadí­stica.
    Si se piensa desde ese lugar, las 5 primeras salidas (digamos) podrí­an servir como muestreo representativo de toda la población de novios.

    Las consideraciones para armar y para «encuestar» a esta muestra serí­an de Josefina, ella sabrá lo que busca. Pero bien planteada esta muestra y la forma de la encuesta (dos factores clave en cualquier estudio de mercado) Josefina podrí­a, al cabo de estas primeras salidas, no solamente determinar mejor lo que ella busca, sino también cómo está diseminado «en el mercado» aquello que ella busca.
    Entonces, después de las 5 entrevistas, quizás pueda decidir algo así­ como: «si el próximo muchacho cumple con X% de mis requerimientos lo elegirá a él, ya que comprobado que tengo un xx% de probabilidades de que un muchacho cumpla con estas condiciones, pero muchas menos de que cumpla con todas.»

    En fin, creo que sin tanto cálculo es lo que hacemos un poco todos, no? ja
    Al menos yo he conocido mujeres que se refieren a «los hombres» así­, genéricamente, habiendo tomado un muestreo í­nfimo, muy pero muy inferior al 5% de la población
    Un abrazo,

  8. Lo interesante del juego de las citas (CREO) no está sustentado solamente en encontrar al candidato sino sustancialmente: «cuanto uno como -buscador- aprende sobre candidatos». También saber valorar lo encontrado, y desactivar la creencia que siempre habrá alguien mejor o perfecto. Por último, reconocer que es lo que «uno mismo» deberí­a hacer con lo encontrado, evitando así­ la creencia que la magia solo debe aportarla el otro.

  9. Pingback:meneame.net

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